Ansiedad y pérdida de apetito: Cómo evitar dejar de comer

Aunque los atracones por ansiedad son bien conocidos, la ansiedad puede manifestarse en la forma contraria; produciendo pérdida de apetito.

Como bien sabemos, cada persona es un mundo completamente distinto. Aquello que nos ocurre, nos puede afectar de forma completamente diferente y puede manifestarse de forma distinta a cómo lo haría en el resto de personas. Mientras que algunas personas tienden a comer de manera compulsiva e incontrolada para contrarrestar esos cambios emocionales, a otras personas la ansiedad les produce pérdida de apetito.

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La ansiedad

Según Luengo (2004) la ansiedad es un estado emocional que se encuentra presente en cualquier cultura. Se conoce que el estrés es la antesala de las respuestas ansiosas por lo que, la ansiedad se manifiesta en el momento en que el individuo deja de percibir el estresor como algo externo y empieza a instalarse en su persona el problema esencial. Es decir, la ansiedad aparece en el momento en que la persona identifica su propia realidad como algo estresante que le hace experimentar cierta sintomatología.

Pese a que existen dos tipos de ansiedades según Gómez (2017), la funcional -adecuada respuesta- y la disfuncional -respuesta inadecuada-, solo hablaremos de la segunda, pues es la que da  lugar a la sintomatología patológica.

Algunos de los síntomas que experimenta una persona con ansiedad son:

  • Sensación de nerviosismo
  • Aumento del ritmo cardiaco
  • Sudoración
  • Temblores
  • Problemas para conciliar el sueño
  • Problemas gastrointestinales

Pérdida del apetito por ansiedad

Expresiones como ‘cerrarse el estómago’ están ampliamente extendidas en la cultura popular. Hay ocasiones en las que una situación puede superarnos y, en esos momentos de estrés, lo último en lo que pensamos es en comer; podemos presentar incluso incapacidad para ingerir ningún alimento; ‘no nos entra nada’. Podemos comenzar ‘saltándonos’ algunas comidas hasta llegar incluso a poner en peligro nuestra salud. Cuando esta situación se vuelve crónica, puede desarrollarse un trastorno de la conducta alimentaria causado por el estrés y la ansiedad

Existen muchos factores que pueden afectar al apetito. Existen ciertos medicamentos que, pese a que no tienen como objetivo eliminar el apetito, pueden generar ese efecto secundario adverso. Por otro lado, también encontramos ciertas enfermedades orgánicas o incluso cambios en el ciclo vital, como el propio envejecimiento, que puede hacer disminuir nuestro apetito.  

Tratar la pérdida de apetito producida por la ansiedad

La revista MedicalNewsToday nos proporciona una serie de consejos para combatir esa pérdida de apetito producida por las situaciones que nos producen ansiedad.

Comprender la ansiedad

Si se conocen las causas y las fuentes productoras de dicha ansiedad, es posible reducirla, ya que sabremos identificar y controlar las sensaciones físicas y sus síntomas.

Aborda las fuentes de ansiedad

Una vez hemos identificado aquellas situaciones o estímulos que nos producen ansiedad y por ende la pérdida de apetito, el siguiente paso es lidiar con ellos y superarlos. Es posible que esto pueda suponer un gran desafío, por ello, en muchas situaciones es recomendable solicitar ayuda psicológica profesional para controlar los factores desencadenantes de la ansiedad.

Practica el manejo del estrés

Aprender ciertas técnicas de control de la ansiedad puede ayudarnos a manejar a su vez la perdida de apetito. 

  • Ejercicios de respiración profunda
  • Práctica de imágenes guiadas
  • Meditación
  • Atención plena (mindfulness)
  • Relajación muscular progresiva

Elige alimentos nutritivos fácilmente digeribles

Si pese a poder controlar esa sensación de ansiedad sigues sintiendo una pérdida de apetito, te recomendamos que elijas aquellos alimentos que sean más nutritivos y que sean menos pesados. Esto hará que, aunque comas menor cantidad de alimentos, obtengas todos los nutrientes y vitaminas necesarios para tu cuerpo. 

Algunas opciones son:

  • Sopas de carne y verduras.
  • Batidos enriquecidos, complementos dietéticos o nutricionales -que nunca deben sustituir una dieta equilibrada-.
  • Batidos de frutas, vegetales, grasas y proteínas.

¿Conoces a alguien con pérdida de apetito?

La pérdida de apetito por ansiedad y la consiguiente pérdida de peso, es consecuencia de una alteración emocional. Por lo tanto, no se trata de un objetivo premeditado, ni de una situación deseable para la persona. Además, si la persona es propensa a perder peso en situaciones estresantes; muy probablemente no se sentirá cómoda con la pérdida de peso. Por lo anterior, es necesario realizar la siguiente apreciación.

Si conoces a alguien que se encuentre en esta situación no debes realizar comentarios, apreciaciones, ni juicios sobre su forma física o su peso. Piensa que lo más probable es que esa opinión no se te haya solicitado. Tampoco vas a decir algo que ella o él no sepa. Por otro lado, aunque tus comentarios no tengan mala intención, expresiones del tipo ‘estás demasiado delgada‘, ‘tienes que comer más‘, o preguntas como ‘¿Estás comiendo bien?‘, lo único que hacen es incrementar el nivel de estrés. Los comentarios y juicios sobre su aspecto físico aumentarán su ansiedad y por ende su pérdida de apetito y peso.

Como bien hemos indicado anteriormente, tener falta de apetito de manera puntual no tendría por qué revestir de interés desde el punto de vista de nuestra salud. Pero cuando la ansiedad nos produce esa pérdida de apetito de forma constante y reiterada puede ser indicadora de una dificultad a la hora de enfrentarnos y gestionar ciertos estresores. 

Si te encuentras en esta situación y no consigues resolver el problema por tu cuenta, consulta a profesionales de la salud mental. Recibirás asesoramiento tanto en tu alimentación, como en tus habilidades para manejar las situaciones estresantes. 

Referencias:

  • Gomez, C. (2017) Psicopatología experimental. Universidad Jaume I
  • Luengo, D. (2004). La ansiedad al descubierto. Cómo comprenderla y hacerle frente. Madrid: Paidós. Recuperado de dialnet.unirioja.es
  • Gomez, C. (2017) Psicopatología experimental. Universidad Jaume I.
  • Kathleen Davis, FNP (2019) Cómo puedes reconocer un ataque de ansieda. Recuperado de www.medicalnewstoday.com
Gemma Adsuara
Gemma Adsuara
Graduada en Psicología por la Universitat Jaume I (España). En la actualidad, cursa el Máster en Psicología forense y criminal en la Universitat de Barcelona. Colaboradora habitual como redactora de artículos de divulgación en diversos medios y revistas de psicología.

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Gemma Adsuara
Gemma Adsuara
Graduada en Psicología por la Universitat Jaume I (España). En la actualidad, cursa el Máster en Psicología forense y criminal en la Universitat de Barcelona. Colaboradora habitual como redactora de artículos de divulgación en diversos medios y revistas de psicología.