Diferencias entre psicología y filosofía

Aunque las diferencias entre psicología y filosofía son claras; algunas corrientes distorsionan bases filosóficas y las ofrecen como terapia 'basada en ciencia'.

Hasta finales del siglo XIX, las nociones pertenecientes a la psicología y a la filosofía estaban tan conectadas, que pocos autores se molestaron en puntualizar las diferencias que existían entre estas dos ramas del conocimiento. No obstante, a partir de los trabajos de experimentalistas como Fechner, Helmholtz y Wundt, la psicología logró establecerse como una disciplina con objetivos y métodos propios (Audi, 2004). Aun así, los límites y la naturaleza de las conexiones entre estas dos materias son todavía temas de discusión en el ámbito académico. Por otro lado, dicha falta de claridad ha generado confusión en las personas no versadas en el asunto; lo que, a su vez, ha sido aprovechado por oportunistas para distorsionar determinados postulados filosóficos y presentarlos como la base de prácticas pseudoterapéuticas.

Debido a lo anterior, es importante saber identificar las diferencias que existen entre la psicología y la filosofía; ya que a pesar de que estas disciplinas tienen intereses comunes, apuntan a objetos de estudio distintos, y se desarrollan a partir de sus propias metodologías.

Diferencias conceptuales entre psicología y filosofía

Para entender las diferencias que existen entre la psicología y la filosofía es necesario conocer lo que estos términos significan.

Definición de psicología

La psicología es una ciencia que se redefine constantemente, debido al surgimiento de nuevas tecnologías de investigación y la formulación de nuevos enfoques teóricos. Sin embargo, es posible definirla de manera general como el estudio científico de la conducta y los procesos mentales (Morris, Maisto, Ortiz, 2005). Según la APA, esta disciplina está interesada tanto en la resolución de los misterios que plantea la mente y la experiencia humana, como en la aplicación eficiente del conocimiento obtenido para la obtención de fines prácticos y terapéuticos (American Psychological Association, 2013).

El estudio de la mente implica el análisis de procesos como la conciencia, la percepción, la motivación y la creatividad, así como la relación de estas funciones con estructuras biológicas específicas. Además, la psicología también analiza la correspondencia que existe entre estos fenómenos y el medio en que se desenvuelven los individuos (Matsumoto, 2009).

Definición de filosofía

Al igual que la psicología, la filosofía no es una disciplina sencilla de definir. Esto, debido a que sus intereses se han trasformado, diversificado y limitado a lo largo de los siglos. No obstante, en un sentido muy extenso, esta puede ser entendida como el conjunto de saberes que busca establecer a través de la razón, los principios por los que se organiza y orienta el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano (Real Academia Española, 2020). Es posible afirmar, que el objetivo de la filosofía es comprender cómo las cosas, en su sentido más amplio, se unen en el sentido más amplio posible del término (Sellars, 1963).

Relación histórica entre psicología y filosofía

No solo la filosofía y la psicología se desarrollaron de manera conjunta e interdependiente a lo largo de la historia, sino que por muchos años sus límites eran irreconocibles, dificultando distinguir sus diferencias. 

Antes del surgimiento de la ciencia moderna, el término filosofía se empleaba para nombrar cualquier tipo de conocimiento; existiendo campos como la metafísica, la filosofía natural y la filosofía moral, que precedieron a los estudios especializados sobre física, química, biología, economía, derecho, sociología o psicología. Aspectos como la toma de decisiones, las emociones y la naturaleza de la vida subjetiva, temas de interés actual para la psicología, eran estudiados sin que existieran límites claros entre los distintos tipos de conocimiento, y muchas veces a través de la especulación racional o la contemplación (Audi, 2004; Harper, 2017).

Fue hasta el final del siglo XIX, cuando el trabajo de los experimentalistas alemanes logró que la psicología lograra ser reconocida como una disciplina autónoma; dando lugar a la creación de departamentos universitarios, laboratorios y publicaciones especializados que, a través métodos experimentales, buscaban que esta área del conocimiento adquiriera la formalidad de una ciencia (Audi, 2004).

A principios del siglo XX, psicólogos conductistas como John Watson propusieron que la conexión entre la psicología y la filosofía debería romperse al abandonar los métodos introspectivos para transformarse en una rama experimental puramente objetiva de las ciencias naturales (Watson, 1913). Sin embargo, tras el surgimiento de la ciencia cognitiva en los años 50, la cooperación entre ambas disciplinas se incrementó debido al aumento de tópicos de interés común, así como a un cambio metodológico de la filosofía, la cual prestó más tención a los estudios empíricos (Audi, 2004).

Diferencias puntuales entre psicología y filosofía

Las diferencias que existen entre la psicología y la filosofía son de carácter conceptual, metodológico y práctico. Para entender mejor estas distinciones puede ser útil mostrarlas a partir de las siguientes comparaciones:

  • La psicología tiene objetos de estudio definidos: la conducta y los procesos mentales; mientras que la filosofía está interesada en un solo un tipo de conocimiento, centrando su atención en la forma en que estos saberes son adquiridos y organizados, así como la forma en que se relacionan con la realidad.
  • La psicología, como toda ciencia experimental, debe partir de una noción establecida de la realidad para comprender los fenómenos que estudia. La filosofía desarrolla modelos de pensamiento que permiten interpretar la realidad.
  • La psicología se sirve de métodos de carácter experimental específicos para estudiar fenómenos psicológicos concretos; mientras tanto, la filosofía se preocupa por analizar la validez y significado de tales métodos a través de la filosofía de la ciencia.
  • La psicología es una disciplina científica que requiere entender su estudio para ser practicada. Más allá de su carácter académico, la filosofía, como búsqueda y generación de conocimiento no requiere un adiestramiento específico, por lo que todo el mundo sería competente en ella, siendo parte de muy diversas expresiones individuales y sociales.
  • La psicología está interesada en el desarrollo de soluciones concretas a problemáticas específicas; mientras que los problemas filosóficos no son problemas empíricos, y en muchos sentidos, su planteamiento es más importante que su resolución.
  • La psicología intenta encontrar respuestas, mientras que la filosofía busca generar preguntas.

(Jaspers, 1949; Sellars, 1963; Cosacov, 2005; Lorenzano, 2016; Harper, 2017).

Los puntos de encuentro entre la filosofía y la psicología

A pesar de sus claras diferencias, la filosofía y la psicología se encuentran unidas en muchos puntos del ámbito académico. Un ejemplo de ello, es la psicología moral, la cual es una subárea que se encarga de estudiar el desarrollo de las opiniones morales en las vidas de los individuos.

Por otro lado, dentro de la metafísica existe la llamada filosofía de la mente, encargada de analizar los fenómenos mentales y la forma en que encajan en la estructura causal de la realidad. Para ello, examina las afirmaciones de la psicología sobre los procesos mentales a través de la filosofía de la psicología; así como las interpretaciones de sentido común que se formulan popularmente sobre dichos fenómenos psicológicos, a partir de la psicología filosófica.

De igual forma, dimensiones como la libertad de voluntad, la identidad o los fenómenos irracionales, son abordados por ambas disciplinas, aunque desde puntos de vista diferentes (Audi, 2004).

¿Por qué entender las diferencias entre psicología y filosofía?

Las diferencias entre psicología y filosofía son bastante claras. Desafortunadamente, el que estas distinciones no sean conocidas por muchas personas ha sido la causa de muy diversas confusiones y abusos en el campo de la psicología académica y clínica.

El ejemplo más claro de esta situación lo encontramos en la cada vez más frecuente tendencia de sacar de contexto una determinada postura filosófica para presentarla como una realidad comprobada. Con ello, se ha pretendido justificar una gran cantidad de aproximaciones metodológicas y estrategias terapéuticas.  De esta forma, se crean aparatos procedimentales cuya base no se encuentra en la investigación científica o la comprobación de resultados, sino en simples ideas que resuenan en la cabeza de los afectados por la armonía de sus postulados, y no por la efectividad de sus métodos.

¿En cuántas ocasiones los nombres de Kierkegaard, Schopenhauer, Nietzsche o Heidegger han sido utilizados para justificar prácticas pseudoterapéuticas, mezclando fragmentos de su pensamiento con nociones pseudocientíficas o posturas filosóficas incompatibles, solo para brindar validez a la sinrazón de sus métodos? O bien ¿Cuántas veces los principios de una determinada cultura o pueblo han sido apropiados y distorsionados para mezclarlos con prácticas occidentales, y así generar un producto de fácil venta a las personas desesperadas o al público ocioso?

Conclusiones

En este caso, el conocimiento es el arma más poderosa en contra de esta clase de prácticas abusivas. Saber distinguir entre estas dos disciplinas puede parecer, a simple vista, una facultad de poca utilidad. Pero al vivir en un mundo en el que las falsas promesas de ‘felicidad eterna’ nos bombardean por todos lados, conocer la diferencia entre una interpretación subjetiva de la realidad y un saber empíricamente comprobado, puede ser un recurso que nos preserve de la desilusión y el engaño.

Referencias:

  • American Psychological Association (2013) Science of Psychology. apa.org. Recuperado de: apa.org
  • Audi, R. (2004) Diccionario Akal de Filosofía. Madrid, España. Ediciones Akal S. A.
  • Cosacov, E. (2005) Introducción a la Psicología. Córdoba, Argentina, Editorial Brujas.
  • Harper, D. (2017) Philosophy. Online Etymology Dictionary. Recuperado de: web.archive.org
  • Jaspers, K. (1984) La filosofía desde el punto de vista de la existencia (1949). Buenos Aires Argentina. Fondo de Cultura Económica. Recuperado de: static1.squarespace.com
  • Lorenzano, P. (2016) Filosofía de la Ciencia. UNAM. Recuperado de: posgrado.unam.mx
  • Matsumoto, D. (Ed.). (2009). The Cambridge Dictionary of Psychology. Cambridge University Press. Recuperado de: web20kmg.pbworks.com
  • Morris, C., Maisto, A., Ortiz, M. (2005) Introducción a la Psicología. Ciudad de México, México. Pearson Educación
  • Real Academia Española (2020) Diccionario de la lengua española. RAE.es. Recuperado de: https://dle.rae.es/filosof%C3%ADa
  • Sellars, W. (1963) Empiricism and the philosophy of mind. Routledge & Kegan Paul Ltd. Recuperado de: selfpace.uconn.edu
  • Watson, J. (1913) Psychology as the Behaviorist Views It. Recuperado de: cmapspublic2.ihmc.us
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.