¿Sociópata, psicópata o personalidad antisocial?

El trastorno de la personalidad antisocial es el diagnóstico clínico que mejor encaja con el concepto popular de sociópata. Te lo explicamos.

El término sociópata es generalmente utilizado en el ámbito legal y literario para designar a una persona impulsiva, que viola las reglas sociales y los derechos de los demás, sin mostrar remordimiento o culpa. No obstante, la psicología clínica y la psiquiatría relacionan la sociopatía con una afección mental específica: el trastorno de personalidad antisocial (El Sahili, 2010).

Las personas con este trastorno se caracterizan por su predisposición a cometer conductas desajustadas y delictuosas que perturban el medio ambiente social (Tamez, 2002). Además, muestran una empatía muy pobre por los demás, buscando obtener beneficios y gratificaciones de las personas que les rodean. No suelen sentir remordimiento, y los castigos casi nunca generan culpa o deseos de resarcir el daño cometido (El Sahili, 2010).

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Rasgos distintivos del trastorno de personalidad antisocial

Este trastorno ha sido llamado de diferentes formas a lo largo de la historia: manía moral, locura moral, psicopatía y sociopatía entre otros (Tamez, 2002). Estos términos consideraban distintas dimensiones de esta condición según el propósito de su investigación y los intereses de la época. Sin embargo, los actuales profesionales de la salud mental han logrado englobar distintos rasgos característicos que sirven como criterios diagnósticos para reconocer este trastorno:

  • Desajuste para seguir las normas sociales.
  • Desprecio por los derechos de los demás.
  • Dificultad para establecer lazos afectivos.
  • Tendencia a cometer conductas antisociales o criminales.
  • Ausencia de culpa o remordimiento.
  • Problemas para aceptar la autoridad.
  • Incapacidad para planificar el futuro.
  • Necesidad de probar su inteligencia y astucia.
  • Vida afectiva inestable.
  • Los pocos lazos afectivos establecidos suelen ser superficiales e intranscendentes.
  • Conducta antisocial realizada solo por el placer de transgredir las reglas.
  • Impulsividad exacerbada.

(Tamez, 2002)

Por otro lado, es posible encontrar a una persona identificada como sociópata o psicópata que ha obtenido cierto control sobre sus impulsos, y que manifiesta rasgos velados de este trastorno. Tales como:

  • Quejarse constantemente de las reglas.
  • Ser intolerante cuando la gente no actúa como él espera que lo haga.
  • Tendencia a ser manipulador.
  • Utilizar medios moralmente cuestionables para lograr sus objetivos.
  • Encantar o seducir a quienes le rodean para cumplir sus propósitos.
  • Disfrutar del dolor y la humillación ajena.

(El Sahili, 2010).

Es importante aclarar, que siendo este un tipo de trastorno mental, debe ser diagnosticado y tratado por un profesional de la salud mental acreditado. Por lo que las características citadas anteriormente son dadas con la intención de informar, y no de promover la especulación ociosa.

Estudio de las causas

Existen dos tendencias principales que han intentado explicar la conducta sociopática:

  • Predisposición genética: Sostiene que el sujeto nace con un temperamento que define su conducta. Esta predisposición consiste en una serie de deseos enérgicos, innatos e imperativos difíciles de satisfacer de manera parcial. Situación que dificulta la adquisición y aceptación de las normas. Esta postura está respaldada por numerosos estudios neurológicos y psiquiátricos que han encontrado diferencias notables en la anatomía del cerebro de delincuentes e infractores con respecto al individuo común (Pemment, 2013) (Ouellet, et.al 2015).
  •  Influencia del medio: Reconoce factores como la violencia infantil, la incompetencia familiar, las privaciones y relaciones afectivas tempranas disfuncionales, como los causantes de influenciar el desarrollo de los individuos de forma negativa al punto de generar un individuo sociópata. Los investigadores a cargo han estudiado la historia de vida de criminales, agresores y sujetos diagnosticados, correlacionando experiencias degradables y violentas con el desarrollo de conductas antisociales (Waller, et.al 2018) (Lasko, Chester, 2020).

Por otro lado, existe una tercera hipótesis que bien puede conciliar ambas tendencias, y en la que cada vez más investigadores invierten sus esfuerzos. Esta es la idea de que las experiencias tempranas negativas vividas por los sujetos, lo influenciaron de tal forma que alteraron el desarrollo fisiológico de diferentes estructuras cerebrales, lo que finalmente ocasionó la aparición de un trastorno de personalidad.

¿Sociópata o psicópata?

Hasta cierto punto de la historia de la psicopatología, los términos sociópata y psicópata eran considerados sinónimos en muchos sentidos. Estos eran interpretados según el contexto en que se utilizaran. Sin embargo, a finales del siglo pasado, algunos investigadores comenzaron a realizar distinciones entre estos dos conceptos con el fin de depurar su estudio (Pemment, 2013).

Para ciertos autores la psicopatía y la sociopatía son dos afecciones diferentes, aunque relacionadas. El psicópata se caracterizaría principalmente por no tener empatía ni sentido moral, mientras que el sociópata poseería una conciencia bien desarrollada y un sentido moral propio, pero su noción del bien y el mal no correspondería a la cultura en la que vive.

Por otro lado, algunos investigadores hacen una distinción mucho más tajante, en la que la conducta del psicópata se explicaría por una predisposición genética; mientras que el sociópata sería el resultado de la interacción con el ambiente (Pemment, 2013).

Al final, la mayor diferencia se ha realizado en el terreno de la vida diaria y la semántica, en el que la palabra psicopatía es utilizada por los profesionales de la salud mental para referirse a una afección psicológica; mientras que el concepto de sociópata es mucho más común en el ámbito legal y la cultura popular para aludir a ciertas personas que infligen las normas sociales y las leyes.

Ante esta falta de claridad, es importante recordar que ambas acepciones están relacionadas con una afección psicológica definida: el trastorno de personalidad antisocial. Lo que significa que su estudio debería iniciarse a partir de esta dimensión.

 Referencias:

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.