8 curiosidades sobre la figura de Sigmund Freud

Sus singulares teorías y rompedores planteamientos convirtieron al personaje de Freud en objeto de toda clase de leyendas, mitos y curiosidades.

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, es una de las figuras más influyentes en el desarrollo del pensamiento moderno. A principios del siglo XX, su trabajo clínico desembocó en la creación de una nueva disciplina que transformó la concepción médica y social de la salud mental. A continuación, presentamos 8 curiosidades que permitirán contextualizar al mayor referente de la psicología, icono de la cultura pop, Sigmund Freud:

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1. No era psicólogo

El ‘psicólogo’ más popular del mundo; estereotipado en su diván, con sus gafas y su puro, tratando de acceder al subconsciente más profundo de sus pacientes: no era psicólogo. Sigmund Freud era médico neurólogo de formación. A raíz de su experiencia clínica en el ejercicio de la medicina, comenzó a elaborar determinadas teorías, observando la conducta de sus pacientes. Fue por tanto, un psicólogo ‘autodidacta’ que forjó su propia escuela de psicología; el psicoanálisis.

2. Amado y odiado, pero nunca ignorado

Freud, como agente intelectual, ha sido debatido, refutado, plagiado, malinterpretado, corregido, diseccionado, ridiculizado o negado, pero nunca ignorado. Frente a las nuevas corrientes de la psicología y de pensamiento, sus ideas pueden parecer anacrónicas y en cierta medida lo son. Sus propuestas transcendieron de la práctica clínica a la cultura popular, haciendo que, desde entonces, incorporáramos a nuestro vocabulario terminología propia del psicoanálisis; “inconsciente”, “represión” o “proyección”, aun cuando no siempre entendamos su significado con claridad. 

3. Fue un hombre perseguido

Entre las curiosidades más amargas sobre la vida de Freud, encontramos que el neurólogo vivió los efectos de la discriminación desde muy joven. Nacido en 1856 en Freiberg, Moravia (hoy República Checa) el seno de una familia judía, Freud padeció los abusos y vejaciones de una sociedad antisemita; contraria a su cultura y su religión. Esta situación hizo huir a su familia hacia Viena cuando Freud solo tenía 3 años (Gay, 2015). Sin embargo, el exilio no garantizó su tranquilidad. En 1873, en la escuela de medicina de la Universidad de Viena, tuvo que soportar los prejuicios y la discriminación por parte sus compañeros y del profesorado, por el hecho de ser judío.

Aún muchos años después, en 1938, mientras sus ideas se estudiaban en todo el mundo y su nombre resonaba en la comunidad científica y cultural; la Alemania nazi tomó Austria, y declaró al médico austríaco “Enemigo del Tercer Reich”; dando la orden de quemar sus obras. En consecuencia, Freud tuvo que escapar de Viena hacia Londres, aunque cuatro de sus hermanas terminaron muriendo en campos de concentración (Roudinesco, 2015).

4. Era judío y ateo al mismo tiempo

Aun cuando Freud fue objeto de discriminación al provenir de una familia judía, él solo se identificaba con el judaísmo a nivel cultural, considerándose a si mismo como un no creyente (Roudinesco, 2015). El ateo convencido, desarrolló una actitud crítica hacia la religión y hacia sus rituales; considerándolos como ilusiones remanentes de conflictos infantiles no resueltos (Lavoie, 1978).

5. Podría haber sido abogado

Freud recibió una educación alejada de la tradición y enfocada a la filosofía de las Luces (Les Lumières); estudiando a filósofos como Spinoza, Locke o Newton. Hablaba alemán, yiddish y a partir del ladino (judeo-español) pudo aprender el español de forma autodidacta. Fue el primero de su clase en sus últimos siete años de liceo y obtuvo una mención de “excelencia” en sus estudios preparatorios. Sus primeras inclinaciones vocacionales se encaminaron hacia el derecho y después hacia la zoología. Más tarde, se decidió por entrar a la Escuela de Medicina de la Universidad de Viena por motivos prácticos y económicos (Ellenberger, 2008). Tras una carrera como investigador médico en el ámbito de la neurología y la farmacología, en 1886 abrió su propio consultorio médico. El médico pretendía con ello obtener una posición económica favorable y poder casarse (Gay, 2015).

6. Consumía cocaína

Durante su etapa como investigador de laboratorio, Freud realizó algunos estudios sobre el uso terapéutico de la cocaína como estimulante y analgésico. En 1884 publicó un trabajo titulado “El uso de la Coca” (Über Coca) donde destacaba el efecto anestésico de esta sustancia. Uno de los episodios más conocidos y trágicos en la historia de Freud fue su intento de curar a su amigo y colega Ernst von Fleischi Marxow de su adicción a la morfina. Ese intento fatal resultó en la generación de una nueva adicción a la cocaína en su compañero y su consiguiente muerte. Por su parte, Freud siguió consumiendo cocaína de forma personal durante toda su vida. Su adicción se intensificó al final de su vida, con el propósito de combatir el dolor producido por el cáncer de paladar.

7. La adicción a los puros acabó con su vida

Freud comenzó a fumar puros desde los 20 años, bajo la creencia de que le ayudaba a concentrarse. En 1923, se le diagnosticó cáncer de paladar, afección que lo obligó a someterse a más de 30 operaciones, implicando amputaciones que le dificultaron el habla, así como terribles dolores. Aun así, nunca dejó de fumar, escribir u ofrecer terapia. Finalmente, en 1939, pidió a su médico, Max Schur, que le ahorrara el sufrimiento de la agonía; recibiendo tres inyecciones de morfina que acabaron con su vida (Gay, 2015).

8. Sus teorías no han sido validadas por la ciencia

El psicoanálisis freudiano es reconocido por diversas entidades de prestigio como una pseudociencia -como el equipo de expertos en Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia- (UIV, 2017) a consecuencia de la imposibilidad de verificar sus postulados a mediante el método científico.

La APA -Asociación Americana de la Psicología y la Psiquiatría-, es la máxima autoridad mundial en el ámbito de la psicología clínica. Esta entidad no incluye ninguna de las terapias psicoanalíticas en la clasificación de las terapias apoyadas por la evidencia científica (Division 12 – APA, 2016). Únicamente se menciona la terapia psicoanalítica para el trastorno del pánico, bajo la clasificación de «práctica controvertida» (Division 12 – APA, 2016).

Conclusiones

Al analizar la biografía de Sigmund Freud nos encontramos con curiosidades para todos los gustos que esbozan la historia de un hombre culto, moldeado en la escuela del pensamiento racionalista de la época; forjado en los laboratorios y hospitales de Viena. Educado y preparado desde el seno familiar para ser un crítico del mundo que lo rodeaba, gran parte de su obra es el producto de su época; ni más ni menos. Estudiar a Freud sin considerar el momento histórico en que sus ideas emergen, implica despojarle de gran parte de su valor histórico.

Finalmente, es importante resaltar que Freud era un hombre con defectos y manías personales. El neurólogo austríaco nunca pretendió tener la respuesta definitiva o la última palabra en los temas que abordaba. Solo es necesario leer con detenimiento cualquiera de sus obras para darnos cuenta de que sus ideas son propuestas a partir de sus impresiones personales; encontrando en ellas una invitación abierta al desarrollo y al debate.

Referencias:

  • Gay, P. (2015) Freud. Una vida de nuestro tiempo, Barcelona, Paidós.
  • Ellenberger, H. (2008) Histoire de la découverte de l’inconscient, Paris, Fayard.
  • Lavoie, G. (1978) “Actes obsédants et exercices religieux”. Un écrit freudien sur la religion. Laval théologique et philosophique, volumen (34) pp. 247–260. Recuperado de doi.org
  • Roudinesco, É. (2015) Freud. En su tiempo y en el nuestro. Editorial Debate [Archivo PDF]
  • Division 12 of the APA. Society of Clinical Psychology (2016). Psychological treatments. Recuperado de www.div12.org
  • Division 12 of the APA. Society of Clinical Psychology (2016). Psychoanlytic treatments for panic disorder. Recuperado de www.div12.org
  • Universidad Internacional de Valencia (2017). Historia de la teoría psicoanalítica. Recuperado de www.universidadviu.es
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.