Apropiación cultural: definición y ejemplos

La apropiación cultural no es inherente al desarrollo de una cultura, sino un fenómeno que daña el desarrollo de las comunidades robadas.

En la actualidad, cada vez es más común escuchar sobre la apropiación cultural y las repercusiones que tiene en nuestra sociedad. Aunque técnicamente este fenómeno es tan antiguo como la civilización misma, lo que si es muy reciente es la conciencia pública de su acción sistemática y de los daños que significa para las culturas afectadas. Desafortunadamente, la amplitud y falta de claridad sobre este término han dado como resultado que muchas formas de apropiación sean justificadas; mientras que distintas formas de expresión, resultantes de la fusión de culturas, sean censuradas al mismo tiempo. Debido a esto, es importante ahondar sobre este tema tan complejo con el fin de poder distinguir, en lo posible, las líneas que definen cuándo la apropiación cultural puede ser entendida como un fenómeno que manipula, comercia y despoja a una comunidad de elementos esenciales de su cultura.

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¿Qué es la apropiación cultural?

En términos muy generales, la apropiación cultural es el acto de tomar elementos de una cultura minoritaria y emplearlos sin sus significados originales en un contexto ajeno, casi siempre con fines comerciales (González, 2020).

Existen muchos tipos de apropiación cultural, y es posible distinguirlos como tal, tomando en cuenta ciertos criterios:

  • Toma de posesión (robo o plagio) de un elemento que pertenece a otra comunidad cultural
  • Uso inapropiado de dichos elementos en otros contextos culturales
  • Ignorar o tergiversar la historia, uso o significado original del aspecto robado
  • Emplear tales elementos para cumplir objetivos personales, económicos y artísticos
  • No dar el reconocimiento o retribución apropiada a la cultura de la que fueron robados o imitados dichos elementos

(Young, 2008; González, 2020; Santandreu, 2022).

Delimitando la apropiación cultural

No en todos los casos de apropiación cultural se cumplen todos los criterios mencionados, pero el acto de despojo siempre se encuentra presente. Por otro lado, es importante distinguir que para que un robo sea incorrecto como acto de apropiación cultural, tiene que ser robado de una cultura, no de un miembro individual de la cultura (Young, 2008).

Aunado a esto, es pertinente aclarar que la apropiación cultural es distinta a la asimilación. No es lo mismo, por ejemplo, una persona de origen europeo que se muda a un país latinoamericano y que adopta las costumbres, usos y lenguaje de tal nación para convivir y comunicarse; que otra persona que copia elementos tradicionales de pueblos originales sudamericanos, los integra en un producto y comercia con él, sin siquiera explorar su significado.

En algunas ocasiones, fenómenos como el “blackface”, los disfraces estereotipados y la caricaturización de una cultura se consideran apropiación cultural. En este sentido, es importante señalar que las y los autores de tales conductas no buscan apoderarse de un elemento cultural, sino ridiculizar o parodiar a una comunidad. Por ello, no podrían ser acusados de apropiación, sino de ser racistas, xenofóbicos o ignorantes.

Si toda cultura es un compuesto, ¿realmente existe la apropiación cultural?

El debate en torno a qué conductas implican algún tipo de apropiación, suele enfocarse en la línea borrosa que existe entre el derecho público de la cultura popular y el fenómeno de la apropiación cultural propiamente dicha. Por lo general, los reclamos de apropiación se desestiman mediante el argumento de que ninguna civilización es pura, y que toda cultura es el resultado del intercambio, asimilación y fusión de las ideas de diferentes pueblos (Santandreu, 2022).

Ante este razonamiento, es importante destacar la necesidad de entender el término “apropiación cultural” a partir del sustantivo “apropiación”, y no sólo del adjetivo “cultural”. Es decir, entender que la apropiación cultural implica adueñarse de las ideas, costumbres, tradiciones, símbolos y obras de una comunidad determinada, para emplearlos sin sus significados originales, y sin brindar una recompensa adecuada. En otras palabras, la apropiación cultural implica un robo (Young, 2008; González, 2020).

Sumado a lo anterior, hay que tomar en cuenta que la apropiación cultural no siempre es parte de un proceso de culturalización. Pensemos, por ejemplo, en el saqueo que muchas civilizaciones europeas hicieron de objetos ancestrales pertenecientes a pueblos de todo el mundo. Artefactos que hoy en día son exhibidos en museos y colecciones privadas, donde su origen histórico es reconocido, pero su posesión se conserva como símbolo de superioridad o estatus.

Por otro lado, muchas personas defienden la apropiación cultural argumentando que la toma de elementos de otras culturas es el resultado de la admiración que sienten por dichas comunidades. Frente a dicha racionalización, es importante recordar que para apreciar algo no es necesario poseerlo. Además, cuando dicha admiración es auténtica, se explora el significado real de las expresiones que se adoptan. Algo que no sucede en la apropiación cultural.

Tipos de apropiación cultural

El concepto de apropiación cultural es muy amplio y comprende un gran número de conductas y situaciones. En este sentido, es posible distinguir los siguientes tipos:

  • Objetos: este tipo de apropiación ocurre cuando la posesión de un trabajo artístico u objeto de valor cultural es trasferida de los miembros de su cultura original hacia miembros de otra. Un ejemplo claro de este tipo de hurto, es la extracción de figuras y tótems pertenecientes a los pueblos originales americanos, para ser exhibidas en museos europeos.
  • Intangibles o contenidos: implica la apropiación de obras artísticas y culturales como composiciones musicales, historias o poemas. Un ejemplo de esto puede observarse en el uso y “sampleo” de música o cantos tradicionales africanos en la composición de canciones populares. En este escenario, es posible observar como una expresión cultural es despojada de su significado original, para luego ser integrada en un producto a la venta.
  • Estilo: se presenta cuando no se utiliza la obra íntegra de una cultura, sino que se extraen elementos esenciales de ella. Por ejemplo, la apropiación de la música rap, un medio de expresión de la comunidad afroamericana, por la industria internacional de la música.
  • Motivo: ocurre cuando se crean obras inspiradas en temas de otras culturas, pero utilizando un estilo propio. Este tipo de apropiación cultural es nociva cuando no se explora el origen real detrás de los elementos culturales que se muestran, divulgando prejuicios e imágenes erróneas sobre una determinada comunidad.
  • Apropiación de voz: ocurre cuando personas externas a una cultura pretenden representar en “primera persona” la vida de aquellos que pertenecen a ella. Un ejemplo común se encuentra en las y los individuos que quieren hablar y responder por los miembros de la comunidad LGBTQ, sin ser parte de ella.

(Young, 2008).

Apropiación cultural en la vida cotidiana

La apropiación cultural es un elemento tan común en nuestra sociedad, que es muy frecuente que se cometa de manera irreflexiva. Por ejemplo, en el consumo de productos y obras artísticas de las que desconocemos su origen real o valor, y a las que les atribuimos el significado que más nos place, de acuerdo a nuestro contexto y limitado conocimiento.

No obstante, también existen muchos casos en los que la apropiación de una cultura se realiza no solo de manera consciente, sino, además, sistematizada. Este es el caso de compañías y emprendedores que toman elementos de una comunidad, país o sociedad determinada, para modificarlos al gusto de la demanda y comerciar con ellos. Un ejemplo de esto, es la adopción y simplificación de distintas prácticas tradicionales, para integrarlas en una gran gama de enfoques pseudoterapéuticos que prometen curas milagrosas a partir de técnicas y sustancias no comprobadas científicamente. De esta manera, los desarrolladores de estos sistemas fraudulentos suelen presentarlos como el resultado de sabidurías y tradiciones ancestrales, para comerciar con la ignorancia, prejuicios y desesperación de sus clientes.

Existen, además, casos en los que una comunidad dominante se apropia de factores culturales enteros de otra comunidad con la que convive diariamente. Este es el caso, por ejemplo, de la apropiación del lenguaje de la población afroamericana por parte de las otras comunidades estadounidenses. En esta situación, palabras, acentos y expresiones nacidas en comunidades afrodescendientes son adoptadas por personas de otras etnias, generalizando su uso y despojándolas de su sentido original. Este es un fenómeno que también se presenta en relación a la comunidad LGBTQ, cuyo slang, estética y costumbres se apropian, por el simple hecho de estar de moda.

Apropiación cultural y expresión

El arte y la expresión en general son campos donde el tema de la apropiación cultural se encuentra más presente y en constante discusión. En los últimos años, muchos creadores, artistas y diseñadores han tenido que ofrecer disculpas por emplear motivos, formas, símbolos y técnicas tradicionales de culturas ajenas en sus obras. Para muchos, este es el punto más importante en el debate sobre la apropiación cultural, ya que involucraría limitar la libre expresión (Zalagaz, Díaz, 2012; González, 2020).

En esta situación, nos encontramos nuevamente con una evasión muy conveniente de la esencia misma de la apropiación cultural. Es decir, la acción de adueñarse de elementos de una determinada comunidad, y no solo utilizarlos o inspirarse en ellos. En otras palabras, no es lo mismo, por ejemplo, basar el corte de un vestido en el diseño del qipao, que apropiarse de elementos y motivos tradicionales chinos de diferentes periodos para adornarlo, y luego venderlo como una obra exclusiva de un diseñador americano. Tampoco es lo mismo que un hombre inglés escriba una novela sobre el tiempo que un médico galés vivió en Hong Kong en los años 60’s, a que lo haga sobre la experiencia personal de una familia hongkonesa de bajos recursos, durante la ocupación japonesa del territorio en los años 40’s, y que además la promocione como una denuncia histórica.

A pesar de que la línea entre la apropiación y la inspiración no siempre es clara, los lineamientos que definen la primera si los son. En primer lugar, existe el robo o plagio de un elemento cultural. Además, dicho elemento es exhibido de manera incorrecta o fuera de contexto. Finalmente, el origen de este aspecto no es reconocido apropiadamente, o la comunidad originaria no es retribuida de forma aceptable (Young, 2008; González, 2020).             

Efectos de la apropiación cultural

La apropiación cultural puede dañar a una comunidad de diferentes maneras:

  • En primer lugar, este fenómeno puede simplemente privar a una cultura de un elemento material valioso, e incluso irremplazable. Este es el caso del saqueo de los pueblos conquistados por las naciones colonizadoras y el apoderamiento literal de objetos y obras de arte.
  • Por otro lado, la apropiación cultural también puede dañar a los miembros de una comunidad sin despojarlos materialmente de una posesión. Un ejemplo de ello se presenta cuando empresarios extranjeros copian obras y técnicas artesanales de otras culturas, para replicar dichos elementos de forma masiva. Este tipo de acciones devalúa el trabajo de los artesanos locales, significando un daño económico importante.
  • Otro efecto nocivo ocasionado por la apropiación cultural está relacionado con la creación y difusión de prejuicios y malentendidos sobre la comunidad a la que se alude. Cuando artistas y creadores distorsionan y personalizan elementos culturales que no les pertenecen, con el fin de hacerlos rentables, generan una imagen falsa sobre las comunidades que dicen representar. Una muestra típica de ello se encuentra en la forma en que el cine norteamericano muestra a los pueblos de otros países.  
  • Aunado a esto, la apropiación cultural puede implicar muchas veces el uso inapropiado de los elementos que roba. Por ejemplo, es muy común que prácticas y símbolos religiosos, muy valiosos para su comunidad de origen, sean utilizados de forma incorrecta o sacrílega por extranjeros que ignoran su verdadero significado.

(Young, 2008; Zalagaz, Díaz, 2012; Vásquez, 2017).

El término “apropiación cultural” como herramienta de control

Finalmente, es importante señalar que el término apropiación cultural no siempre se utiliza en beneficio de las comunidades despojadas. En muchas naciones, aquello considerado formalmente como parte de la cultura original o auténtica es determinado por los gobiernos en turno. De esta forma, se crean políticas nacionalistas que dicen proteger el patrimonio tangible e intangible de un país, utilizando el término “apropiación cultural” para detener la evolución natural de una expresión cultural. El objetivo de estas acciones suele ser el crear elementos icónicos que brinden solidez a la narrativa mítica de un país. Un ejemplo de esto es visible en la supuesta protección de técnicas artesanales originales en países latinoamericanos. Una medida que va en contra de la naturaleza misma de la artesanía, ya que estas surgen como respuesta a una necesidad práctica, y suelen actualizarse en virtud de las necesidades de la época (González, 2020).

Esta misma actitud paternalista y condescendiente también es adoptada entre distintas sociedades y culturas. De esta forma, se difunde la idea de que es necesario conservar los productos y contenidos de otras culturas en su estado original; por lo que se demanda que sean protegidos de influencias externas que pongan en peligro su supervivencia. Al final, este tipo de ideologías solo fetichizan las manifestaciones artísticas de una cultura, en la búsqueda de una “experiencia auténtica” digna de ser apropiada eventualmente.

Referencias:

  • González, F. (2020). Sobre el dilema de la apropiación cultural: arte, diseño y sociedad. Estudios sobre Arte Actual, número (8). unirioja.es
  • Santandreu, F. (2022). Renovación de los Juegos Olímpicos y apropiación cultural del parkour. Cuadernos del CLAEH, año (41), número 115. claeh.edu.uy
  • Vásquez, A. (2017). Apropiación cultural de lo narco en Chile: la narco-serie Prófugos. Comunicación, volumen (26), número (2). scielo.sa.cr
  • Young, J. (2008). Cultural Appropriation and the Arts. Blackwell Publishing. researchgate.net
  • Zagalaz, J., Díaz, A. (2012). Distintos tipos de contacto entre jazz y flamenco: de la apropiación cultural a la fusión de géneros. Arte y Movimiento, número (7). ujaen.es
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.