Epilepsia: manifestaciones, tipos y tratamiento

La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso muy común en todo el mundo, cuyas manifestaciones son producida por una actividad anormal en el cerebro.

La crisis epiléptica es una de las enfermedades neurológicas más comunes en el mundo, afectando a aproximadamente 50 millones de personas en todo el planeta. La manifestaciones más comunes de la epilepsia son: convulsiones recurrentes o períodos de comportamiento y sensaciones inusuales. Dichos episodios breves son acompañados a veces por pérdida de conciencia y control de la función intestinal o vesical (Mayo Clinic, 2021; Organización Mundial de la Salud, 2023).

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Aunque el término “epilepsia” es bastante conocido, existen muchos mitos y malentendidos en torno a este trastorno. Debido a ello, es muy importante conocer algunas de sus características más importantes.

¿Qué es la epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso central no transmisible, en la que existe una actividad eléctrica anormal en ciertos grupos de células cerebrales. La cual, puede producirse en diferentes partes del cerebro. Este fenómeno comúnmente es descrito como una “tormenta eléctrica en la cabeza”. Dichas crisis epilépticas pueden afectar cualquier proceso coordinado por el cerebro. Por lo tanto, los síntomas pueden variar. Algunas manifestaciones características son: episodios breves de movimiento involuntario, que involucran todo o solo una parte del cuerpo; momentos breves de ausencias; alteraciones en las percepciones o emociones; o incluso, pérdida de la conciencia (Mayo Clinic, 2021; Wong, 2022; Organización Mundial de la salud, 2023).

Existen medicamentos, cirugías y otros procedimientos capaces de controlar las convulsiones en la mayoría de las personas con epilepsia. Algunos y algunas pacientes con este trastorno requieren tratamiento de por vida para controlar los episodios; mientras que, en otros casos, estos disminuyen o incluso desaparecen con el tiempo. Además, algunos niños y niñas también pueden “superar” esta afección con la edad (Mayo Clinic, 2021). No obstante, la epilepsia es considerada una enfermedad crónica, ya que aún no existe una cura definitiva para ella (Organización Mundial de la Salud, 2023).

La epilepsia puede afectar a cualquier persona; no obstante, la infancia y la senectud son momentos de la vida donde esta es más común (Díaz, et.al 2022).

Es importante señalar que hasta un 10% de las personas presentan una convulsión a lo largo de su vida, por lo que tener uno de estos episodios no es un signo equivalente a padecer epilepsia. Para que esta condición sea diagnosticada, se deben cumplir criterios como la presencia de al menos dos convulsiones sin un desencadenante conocido, con una diferencia de al menos 24 horas (Organización Mundial de la Salud, 2023).

Manifestaciones típicas de la epilepsia

Las manifestaciones de la epilepsia varían según el proceso afectado por la actividad anormal del cerebro. Algunos de los signos y síntomas más comunes de este trastorno son:

  • Al comienzo, un cambio subjetivo en la percepción conocido como “aura” (olores, sabores, náuseas, sensación de déjà vu, destellos de luz)
  • Confusión temporal
  • Episodios de ausencias
  • Rigidez muscular
  • Movimientos musculares breves
  • Movimientos alternos de músculos agonistas (que controlan la acción principal) y antagonistas (que se oponen a ella)
  • Contracción muscular sostenida
  • Automatismos manuales
  • Movimientos automáticos de masticación o chupeteo
  • Movimientos secuenciales o repetitivos, como balanceo o pataleo
  • Pérdida de la consciencia
  • Sentimientos de miedo o ansiedad
  • Tras la crisis, puede presentarse mayor necesidad de sueño o inquietud motora
  • En algunos casos, también después del evento, puede existir afasia o hemiparesia temporal, con duración de hasta 3 días.

(Hampel, et.al 2019; Mayo Clinic, 2021).

Una persona con epilepsia tiende a tener el mismo tipo de convulsión en cada episodio, de modo que sus manifestaciones serán similares entre una crisis y otra.

Por otro lado, las personas con epilepsia son más propensas a presentar lesiones físicas, debido a los movimientos involuntarios relacionados con las convulsiones, y es más común que padezcan trastornos psicológicos, como ansiedad o depresión (Organización Mundial de la Salud, 2023).

Tipos de crisis convulsivas

Las convulsiones suelen clasificarse en focales y generalizadas, en función de cómo y dónde comienza la actividad cerebral anormal.

  • Focales: también llamadas localizadas o parciales, se producen a causa de la actividad anormal en una sola parte del cerebro. A su vez, pueden agruparse en dos tipos:
    • Sin pérdida del conocimiento o parciales simples: no producen pérdida de la consciencia o el conocimiento. Además, pueden producir alteraciones en las emociones o percepciones; movimientos espasmódicos involuntarios; o bien, sensaciones espontáneas, como hormigueo o mareos.
    • Con alteraciones de la consciencia o parciales complejas: implican un cambio o la pérdida del conocimiento o la consciencia. Durante una crisis de este tipo, las personas pueden sentir que están en un sueño. Es posible que miren al espacio, no respondan con normalidad a su entorno, realicen movimientos repetitivos o caminen en círculos.
  • Generalizadas: existe actividad anormal en todas las áreas del cerebro. Pueden distinguirse los siguientes tipos:
    • De ausencia: se caracterizan por episodios de mirada fija en el espacio con o sin movimientos corporales sutiles. Suelen durar entre 5 y 10 segundos, y pueden presentarse hasta 100 veces al día.
    • Tónicas: causan rigidez muscular y pueden afectar el conocimiento.
    • Atónicas: causan la pérdida del control muscular, ocasionando caídas o colapsos repentinos.
    • Clónicas: se asocian con movimientos musculares repetitivos o rítmicos y espasmódicos que, por lo general, afectan el cuello, la cara y los brazos.
    • Mioclónicas: se caracterizan por movimientos espasmódicos breves o sacudidas que suelen afectar la parte superior del cuerpo, brazos y piernas.
    • Tónico-clónicas: son el tipo más intenso. Pueden causar pérdida abrupta del conocimiento y rigidez, espasmos y sacudidas del cuerpo. En ocasiones, pueden causar incluso pérdida del control de la vejiga o mordedura de la lengua.

(Mayo Clinic, 2021).

Causas de la epilepsia

En la mitad de los casos, la epilepsia no tiene una causa identificable. En el resto de las ocasiones, esta enfermedad puede deberse a diversos factores. Algunos de los más importantes son:

  • Traumatismos craneoencefálicos graves
  • Anomalías cerebrales, como tumores cerebrales o malformaciones vasculares
  • Accidentes cerebrovasculares
  • Infecciones, como la meningitis, el VIH, la encefalitis viral o la neurocisticercosis
  • Lesiones prenatales originadas por una infección en la madre, mala nutrición o deficiencia de oxígeno
  • Trastornos del desarrollo, como el autismo
  • Malformaciones genéticas

(Mayo Clinic, 2021; Organización Mundial de la Salud, 2023).

Factores de riesgo

Entre los factores más importantes que pueden aumentar el riesgo de padecer epilepsia se encuentran los siguientes:

  • Edad. Es más frecuente en niños y adultos mayores. Específicamente, durante los primeros meses de vida, durante la adolescencia y después de los 70 años.
  • Antecedentes familiares de epilepsia.
  • Lesiones en la cabeza.
  • Enfermedades vasculares. Por ejemplo, los accidentes cerebrovasculares.
  • Demencia. Aumenta el riesgo de padecer epilepsia en adultos mayores.
  • Convulsiones durante la infancia.

(Mayo Clinic, 2021; Díaz, et.al 2022).

¿Qué complicaciones conllevan las manifestaciones de la epilepsia?

La epilepsia puede afectar de manera importante la vida de quienes la padecen. Sufrir una convulsión en el momento menos esperado puede poner en riesgo la integridad física, o incluso la vida de las personas. Uno de los eventos más comunes en este sentido son las caídas, las cuales pueden significar fracturas o lesiones graves en la cabeza. Además, existen determinadas actividades que deben ser llevadas a cabo con ciertas precauciones. Por ejemplo, la natación, el manejar un automóvil o el operar maquinaria pesada (Mayo Clinic, 2021).

Por otro lado, hay algunas complicaciones que son poco frecuentes, pero que deben ser tomadas en cuenta. Este es el caso del llamado estatus epiléptico. El cual se presenta cuando existe un estado de actividad convulsiva continua que dura más de 5 minutos; o bien, cuando hay convulsiones recurrentes con frecuencia sin recuperar el total conocimiento entre ellas. Esta condición implica mayor riesgo de sufrir daño cerebral permanente o la muerte.

De igual manera, las personas con epilepsia tienen un pequeño riesgo de muerte súbita inesperada. La causa de esto aún es desconocida, pero se piensa que esto puede ocurrir debido a afecciones cardíacas o respiratorias (Mayo Clinic, 2021).

Complicaciones de la epilepsia en la salud mental

Las personas con epilepsia son más propensas a sufrir problemas psicológicos, debido a las dificultades para lidiar con este trastorno y los efectos secundarios de los medicamentos. En relación a esto, se considera que hasta el 30% de las y los adultos con epilepsia padecen algún tipo de depresión; hasta el 65% presentan trastornos de ansiedad; y hasta la mitad pueden manifestar síntomas de agresividad. Aunado a esto, se calcula que casi la mitad de los pacientes con epilepsia sufren algún tipo de problema de sueño (Mayo Clinic, 2021; Díaz, et.al 2022).

Por su parte, las y los niños con epilepsia son más vulnerables a las afecciones psicológicas y psiquiátricas. De esta forma, se considera que hasta un 60% de ellas y ellos presentan alguna complicación de este tipo; además de tener mayor riesgo de padecer un trastorno de aprendizaje (Díaz, et.al 2022).

Sumado a lo anterior, es necesario tomar en cuenta que las personas con epilepsia y sus familias son objeto de estigmatización y discriminación. Situación debida a la ignorancia, prejuicios y los mitos que rodean esta condición. Por esta razón, es muy importante divulgar información objetiva y verdadera sobre las características de la epilepsia y su tratamiento (Organización Mundial de la Salud, 2023).

Tratamiento de la epilepsia y sus manifestaciones

Aunque la epilepsia se considera una enfermedad crónica, existen diferentes tratamientos para controlar sus síntomas. Las estrategias de intervención más importantes son las siguientes:

  • Medicamentos. Es la principal medida adoptada para el control de las convulsiones. Su adecuada administración implicaría que hasta un 70% de las personas con epilepsia puedan vivir sin experimentar síntomas, o vean reducida su frecuencia de manera significativa. Tras dos años sin convulsiones se considera la posibilidad de suspender la medicación, tomando en cuenta otros factores pertinentes.
  • Cirugía. Básicamente, consiste en extraer la parte del cerebro que provoca las convulsiones. Se adopta en casos donde los medicamentos anticonvulsivos no proveen un control adecuado de los síntomas; la zona cerebral de actividad inusual es pequeña y definida; y dicha área no interfiere con las funciones vitales.
  • Terapias. Existen diferentes terapias alternativas y complementarias para tratar esta afección:
    • Estimulación del nervio vago a través de un dispositivo colocado bajo la piel del pecho.
    • Dieta cetogénica. La cual consiste en alimentos altos en grasas y bajos en carbohidratos. Se recomienda principalmente en niñas y niños.
    • Estimulación cerebral profunda a través de electrodos en partes específicas del cerebro.
    • Neuroestimulación receptiva. Consiste en la implantación de dispositivos que analizan los patrones de la actividad cerebral para detectar el comienzo de una convulsión; y así aplicar una descarga eléctrica o un medicamento, con el fin de detenerla antes de que cause daños.

(Mayo Clinic, 2021; Organización Mundial de la Salud, 2023).

Es importante destacar que existen algunos tipos de epilepsia que no requieren ser tratadas. Tal es el caso de algunas epilepsias benignas de la infancia.

Medidas y cuidados frente a las manifestaciones de la epilepsia

Las personas con epilepsia deben tomar en cuenta determinadas medidas y precauciones para mantener una buena calidad de vida y prevenir accidentes. Entre los aspectos más importantes en este sentido se encuentran los siguientes:

  • Tomar medicamentos correctamente
  • Dormir lo suficiente
  • Utilizar un brazalete de alerta médica
  • Hacer ejercicio
  • Controlar el estrés
  • Limitar las bebidas alcohólicas
  • Evitar el consumo de cigarrillos
  • Tener un registro de los episodios sufridos antes de visitar al médico
  • Informar a familiares y conocidos sobre esta condición y las medidas a tomar

(Mayo Clinic, 2021).

Finalmente, es pertinente mencionar algunos malentendidos sobre la epilepsia:

  • La epilepsia no es contagiosa
  • Esta enfermedad es tratable
  • Las personas con epilepsia pueden y deben tener una vida independiente en lo posible
  • Cuando alguien tiene una convulsión, no es recomendable ponerle algo en la boca; no se puede tragar la lengua.
  • No es recomendable sujetar a una persona que tiene una convulsión. Si ha perdido el control de sus movimientos o ha perdido la conciencia, solo es necesario procurar que no se golpee o lastime.

(Wong, 2022).

Referencias:

  • Díaz, E., González, B., Guerrero, R., Losada, R., Rodrigo, M., Serratosa, J., Soto, V. (2022). Afrontando la Epilepsia. Enfoque Editorial S.C. apiceepilepsia.org
  • Hampel, K., Garcés, M., Gómez, A., Palanca, M., Villanueva, V. (2019). Desafíos diagnósticos en epilepsia. Revista de Neurología, volumen (68), número (6). sncpharma.com
  • Mayo Clinic (2021). Epilepsia. MayoClinic.org. mayoclinic.org
  • Organización Mundial de la Salud (2023). Epilepsia. Who.int. who.int
  • Wong, L. (2022). Explicación de la epilepsia. MayoClinic.org. mayoclinic.org
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.