Migrañas: tipos, causas y tratamiento en psicología

La psicología ha estudiado la relación de las migrañas con ciertos trastornos neurológicos y psicológicos, buscando desarrollar un tratamiento.

Aunque vistas por muchas personas como una molestia común y rutinaria, las cefaleas son consideradas un problema de salud pública; ya que son uno de los padecimientos más frecuentes del sistema nervioso. Este tipo de trastornos puede afectar enormemente la calidad de vida de quien los sufre, llegando incluso a generar distintos grados de discapacidad (Organización Mundial de la Salud, 2016). Debido a ello, el estudio de las migrañas, uno de los tipos de cefalea más importantes y severos, ha tomado en cuenta el enfoque de disciplinas como la psicología para complementar los descubrimientos que las ciencias médicas han generado sobre el tema.

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De acuerdo con los expertos, las migrañas son ocasionadas por una mezcla de factores genéticos, médicos, psicológicos y ambientales (Organización Mundial de la Salud, 2016; Mayo Clinic, 2021); por lo tanto, su tratamiento requiere un modelo de atención que considere las distintas dimensiones de este problema. En este sentido, la psicología no solo contempla los posibles factores emocionales que pudieran originar, desencadenar o intensificar los síntomas de las migrañas, o bien, las patologías mentales relacionadas a este trastorno; sino que, además, se encuentra en posición de analizar y formular una respuesta a los problemas que esta condición genera en la vida de los afectados. 

Por tal motivo, a continuación, se expondrán algunas de las formas en que los enfoques psicológico y psicoterapéutico pueden ser útiles en el tratamiento de la migraña en sus diferentes manifestaciones.  

¿Qué es la migraña?

La migraña es una cefalea intensa recurrente, cuyos episodios se distinguen por las siguientes características:

  • El dolor es pulsátil.
  • Generalmente, se presenta de un solo lado de la cabeza.
  • Suele estar acompañada de náusea y vómito.
  • Puede generar sensibilidad a la luz y a los sonidos.
  • Se presenta a cualquier edad, aunque suele aparecer en la pubertad.
  • Es más frecuente en mujeres, debido a influencias hormonales.

(Organización Mundial de la Salud, 2016; Mayo Clinic, 2021).

Existen distintas clasificaciones de las migrañas en relación a sus síntomas y causas centrales. De manera general, es posible distinguir dos tipos de este padecimiento de acuerdo a su frecuencia:

  • Episódica: se presentan de 4 a 14 episodios al mes durante al menos 3 meses.
  • Crónica: se presentan 15 o más episodios al mes durante al menos 3 meses. Habitualmente, en este tipo de migraña el dolor es más intenso y pulsátil; presentando mayor sensibilidad a luces y sonidos.

(Carod, Irimia, Ezpeleta, 2012).

Cabe señalar que es relativamente común que las migrañas episódicas degeneren en tipos crónicos, cuando las causas o desencadenantes de este tipo de cefalea no son cuidados o atendidos apropiadamente (Bigal, et.al 2008).

Aunque no todos los casos de migraña se desarrollan de la misma manera, es posible distinguir cuatro etapas en un cuadro típico de este padecimiento:

  • Pródromo: Se presenta uno o dos días antes del episodio. Se integra por signos de advertencia sutiles como: estreñimiento, cambios de humor o bostezos frecuentes.
  • Aura: Ocurre justo antes o durante la migraña, y se caracteriza por fenómenos perceptivos como visualización de luces, hormigueo en extremidades o pérdida temporal de la visión.
  • Ataque: Dolor de cabeza pulsante localizado, a veces acompañado de sensibilidad perceptiva y náuseas.
  • Postdromo: Agotamiento, confusión o posible euforia.

(Mayo Clinic, 2021).

Causas, desencadenantes y tratamiento de las migrañas

No existe una respuesta definitiva sobre las causas de la migraña; sin embargo, se considera que esta puede ser provocada por una combinación de variables genéticas, biológicas y ambientales. Esto implica que debe existir cierta predisposición hereditaria o física hacia esta afección, la cual produce la activación de un mecanismo encefálico que conduce a la liberación de sustancias inflamatorias; mismas que causan el dolor alrededor de los nervios y vasos sanguíneos de la cabeza (Organización Mundial de la Salud, 2016). Este mecanismo es activado por diferentes factores. Entre los desencadenantes más destacados encontramos los siguientes:

  • Cambios hormonales
  • Bebidas alcohólicas
  • Alimentos con cafeína
  • Medicamentos (anticonceptivos o vasodilatadores)
  • Estrés
  • Ciertos alimentos fermentados, salados o procesados
  • Aditivos alimentarios
  • Cambios en el sueño
  • Sobrepeso
  • Trastornos del ánimo y ansiedad
  • Apnea del sueño
  • Abuso de analgésicos

(Carod, Irimia, Ezpeleta, 2012; Mayo Clinic, 2021).

Debido a que los factores que producen y reactivan la migraña actúan en diferentes esferas de la vida de los afectados; el tratamiento de este trastorno requiere una atención multidisciplinaria. Este proceso puede ser dividido en cuatro fases:

  • Control de los factores de riesgo de cronificación: Esto es, evaluar la condición física y psicológica del paciente, así como sus hábitos y la posible intervención de factores externos; para con ello, trazar un plan de intervención y prevención.
  • Tratamiento de las crisis de migraña: Instaurar un tratamiento sintomático individualizado, donde el tipo de medicamentos se ajuste a la intensidad y duración de los episodios.
  • Deshabituación de analgésicos: Retirar paulatinamente el uso excesivo de analgésicos en aquellos casos que lo ameriten.
  • Tratamiento preventivo de la cronicidad: Uso de fármacos preventivos y modificación de hábitos a partir de la psicología para evitar que las migrañas episódicas degeneren en un trastorno crónico.

(Carod, Irimia, Ezpeleta, 2012).

Relación de las migrañas con algunos trastornos en psicología

Las migrañas han sido relacionadas con distintos trastornos que son de interés para la psicología. Entre los trastornos psiquiátricos y neurológicos más importantes en este sentido, destacan los siguientes:

  • Depresión mayor
  • Trastornos de ansiedad
  • Trastorno bipolar
  • Desórdenes del sueño
  • Apoplejía
  • Epilepsia

(Navarro, 2006; Sevillano, Manso, Cacabelos, 2007; Carod, Irimia, Ezpeleta, 2012).

Es importante señalar que en el caso de los trastornos depresivos y de ansiedad, se ha observado un patrón bidireccional. Esto es, que las personas que sufren algunos de estos padecimientos son más susceptibles a sufrir migrañas; mientras que, al mismo tiempo, los pacientes migrañosos corren un alto riesgo de desarrollar depresión o ansiedad (Navarro, 2006; Carod, Irimia, Ezpeleta, 2012).

De igual forma, se sabe que la migraña puede afectar de manera negativa la calidad de vida de aquellos que la sufren; obstaculizando su desarrollo personal, laboral o académico (Carod, Irimia, Ezpeleta, 2012). Por tal motivo, las aportaciones de la psicología clínica en estos temas, son un recurso valioso que debe ser tomado en cuenta al diseñar los planes de intervención multidisciplinaria ante las migrañas.

Alternativas en psicología para el tratamiento de las migrañas

Debido a la conexión de las migrañas con distintos trastornos psiquiátricos y variables ambientales, la psicología ha trabajado en el diseño de diferentes modelos de atención frente a las migrañas.

A continuación, se mencionarán algunos tratamientos que han generado resultados frente a los síntomas y las repercusiones de este tipo de cefaleas.

  • Tratamiento cognitivo-conductual: Se utiliza en la identificación y control de factores desencadenantes, como el estrés o factores psicosociales agravantes. Además, se ponen en marcha técnicas de afrontamiento ante los síntomas sufridos.
  • Prácticas conductuales: No se enfocan en controlar el dolor directamente, sino en ayudar a las personas a recuperar y mantener en lo posible sus actividades ordinarias durante los episodios, a pesar de los síntomas.
  • Técnicas de relajación: estas no tienen un efecto directo sobre el dolor, sino que reducen la actividad músculo-esqueletal y la producción de adrenalina, disminuyendo la ansiedad y otras emociones que pudieran incrementar los síntomas.
  • Programas multicomponente: Combinan distintas técnicas de diferentes enfoques. Presentan la ventaja de ofrecer varias alternativas en el tratamiento. No obstante, este tipo de conjugación dificulta el estudio de los resultados, al no saber claramente que herramienta es realmente efectiva y cómo las técnicas se relacionan entre sí.

(Vallejo, 2005; Navarro, 2006).

Finalmente, es importante destacar que, tanto en la atención de los síntomas médicos, como en el área de psicología, el tratamiento de las migrañas debe ser llevado por profesionales entrenados que evalúen cada caso y determinen la estrategia terapéutica más adecuada para cada persona. Solo de esta manera, será posible controlar una amenaza a la salud pública tan extendida y, sin embargo, tan mal atendida en todo el mundo.

Referencias

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.