Victimología: qué es y cuál es su objeto de estudio

La victimología se postula como una disciplina científica aplicada, atendiendo a su objeto de estudio y a su metodología interdisciplinar.

En los últimos años, la victimología se ha afianzado firmemente en el ámbito académico, científico y profesional, madurando sus principios teóricos -que se remontan a la victimología literaria-, definiendo su objeto de estudio y fundamentando su metodología por medio del conocimiento científico.

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Los programas para la atención, orientación e información a víctimas, inexistentes antes de la década de los 90, han proliferado en la mayoría de países del mundo, auspiciados, en gran medida, por la aprobación de la «Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y de Abuso de Poder» de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 11 de noviembre de 1985; conscientes de que millones de personas en todo el mundo sufren daños como resultado de delitos y abuso de poder y que los derechos de estas víctimas no han sido reconocidos en forma adecuada (Fattah, 2014).

El enfoque teórico desde el que la victimología ha venido analizando los procesos de victimización ha cambiado a lo largo del tiempo; transformado y diversificado sus diversos objetivos. Por ello, encontraremos trabajos que enmarcan la victimología como una rama de la criminología, del derecho, de la psicología, de la sociología o situándola como una ciencia totalmente independiente y autónoma. Dado que incluso han surgido voces que no reconocen o sencillamente niegan su existencia (Manzanera, 2002); se hace imprescindible realizar algunas precisiones sobre este campo de estudio tan rico, emergente y potencialmente útil en el ámbito psicológico, sociológico y legal.

¿Qué es la victimología y cuál es su objeto de estudio?

Si bien el objeto de estudio de la conducta criminal y del victimario tienen un largo recorrido histórico, remontándose a la demonología, la psiquiatría y la psicología; el estudio de la víctima es sorprendentemente reciente. La victimología es una disciplina con tres décadas de desarrollo que se erige como la ciencia que estudia a las víctimas, las causas y los efectos de la victimización; así como la respuesta de las personas particulares y de los Estados ante este fenómeno (Hikal, 2011).

En términos muy generales, es posible definir la victimología como el estudio sistemático de la víctima y de los procesos de victimización. Algunos profesionales la definen como un estudio científico específico, mientras que otros la ven como un área de conocimiento multidisciplinar (Díaz, 2006). En cualquier caso, y más allá de divergencias, la victimología puede ser claramente conceptualizada con relación a su objeto de estudio. Esto es, la víctima y el proceso de victimización (Giner, 2011).

El campo de investigación de esta disciplina es muy amplio. De esta manera, especialistas en la materia analizan a la víctima desde diferentes puntos de vista y dimensiones; estudiando factores como su personalidad, las características biológicas, psicológicas, morales, sociales y culturales, el tipo de relación con el o la delincuente, o incluso, el papel que desempeña en la génesis de un delito. Lo anterior, conocido como victimogénesis es la caracterización de los factores de riesgo y vulnerabilidad que predisponen a determinadas personas a ser objeto de delitos en determinados contextos (Giner, 2011).

Funciones y aplicaciones de la victimología

En el ámbito aplicado, la victimología se interesa además por el desarrollo de políticas públicas, programas de ayuda, tratamiento e indemnización de las víctimas del delito, y en el estímulo y creación de sistemas legislativos a favor de las personas afectadas por algún tipo de acto criminal (Díaz, 2006). Esta respuesta institucional se enmarca dentro del modelo de la justicia restaurativa, también llamada justicia reparadora o justicia compasiva; una forma alternativa de concebir la justicia que pone el foco en la reparación del daño causado a la víctima.

Entre las funciones principales de la victimología, encontramos:

  • Analizar el papel de la víctima en el iter criminis; locución latina utilizada en Derecho penal para referirse al proceso de desarrollo del delito, literalmente ‘camino del delito’.
  • Ofrecer asistencia jurídica, moral y terapéutica a la víctima.
  • Identificar los temores a la victimización más enraizados en determinados grupos sociales.
  • Resaltar la importancia de la víctima en el proceso penal.
  • Examinar y elaborar nuevas disposiciones legales sobre indemnizaciones a las víctimas de delitos, incluyendo los mecanismos externos para prevenir la delincuencia y evitar la existencia de víctimas.

(Giner, 2011)

Transformaciones en el objeto de estudio de la victimología

Si bien ha quedado claro que la victimología tiene como objeto de estudio a la víctima; la propia definición de víctima ha adquirido determinadas acepciones. En primer lugar, existen autoras y autores interesados en el análisis de las características individuales de aquellas personas directamente afectadas por una acción criminal. No obstante, otras voces en la academia consideran que las personas allegadas, tanto familiares, como otros individuos afectados indirectamente, también deben ser considerados víctimas; siendo estudiados, por tanto, como parte del proceso delictivo. Aunado a esto, más allá de los actos criminales y delictivos; hay modelos que persiguen incluir a las víctimas de catástrofes como objeto de estudio de la victimología (Díaz, 2006). De esta forma, como apuntábamos al principio, el objeto de estudio y los intereses de la victimología son muy amplios, desencadenando en la emergencia de distintas ramas y especialidades diferenciadas.

La victimología teórica y las acusaciones de revictimización

En un inicio, la victimología se centraba principalmente en las características de la víctima, el análisis de su conducta y su relación e interacción con su victimario. De esta manera, estas variables eran estudiadas con el fin de analizar su papel como factores desencadenantes o precipitantes del delito -la victimogénesis-. Es necesario mencionar que la adopción de esta postura ha sido objeto de críticas, al ser acusada de responsabilizar a la víctima de ser blanco de alguna acción criminal (Fattah, 2014).

En contraposición a este enfoque de victimología teórica, surgió la tendencia a recurrir a metodologías de corte sociológico; fundamentalmente, cuestionarios, encuestas de victimización, investigación de archivos y diseños experimentales (Giner, 2011). Este método interdisciplinario permitió realizar un análisis de la victimización desde una perspectiva estructural y sistemática, concibiendo la victimización como un fenómeno social. El objetivo principal de este enfoque era determinar el volumen de la victimización, para así identificar a la población víctima, pudiendo, en consecuencia, establecer las características sociodemográficas de las víctimas de delitos. Este cambio de enfoque favoreció la transformación de esta disciplina académica en un movimiento de cariz político. Desafortunadamente, dicha postura tiende a concentrarse en los delitos más comunes con víctimas directas; pasando por alto, en ocasiones, otras acciones criminales y formas de victimización más sutiles, como los llamados delitos de ‘cuello blanco’ o de ‘guante blanco’ (Fattah, 2014); más invisibilizados, normalizados, y por ende, difíciles de detectar.

La victimología como ciencia

La victimología, concebida como una ciencia multidisciplinar, recurre comúnmente a la metodología de las ciencias sociales. Entre los componentes más destacados que caracterizan el estudio científico de la víctima y los procesos de victimización, encontramos:

  • La facticidad; ya que parte de hechos y no de teorías o conceptos abstractos. Analiza datos y obtiene consecuencias.
  • El enfoque analítico; abordando problemas concretos, lo que implica especialización y el desarrollo de clasificaciones.
  • La claridad y precisión; el cuerpo de conocimientos obtenidos son claros y precisos.
  • La verificación; la victimología implica contrastar y verificar datos e hipótesis.
  • La metodología; que pretende llegar al conocimiento del objeto.
  • La sistematicidad; provee a la disciplina de procesos coherentes.
  • La clasificación legal; todo hecho criminal debe ser ilegal, estando, por tanto, previsto en la Ley y siendo clasificable.
  • La explicación de los fenómenos y su predicción; el análisis de los hechos debe servir para ofrecer una explicación, así como para prevenir futuras conductas delictivas y procesos de victimización.
  • La apertura, falibilidad y utilidad; siendo, en consecuencia, una ciencia abierta al cambio, en constante evolución y transformación, siento necesario actualizar conceptos y matizar otros.

(Giner, 2011)

La victimización desde diferentes enfoques

El proceso de victimización, como objeto de estudio de la victimología, puede ser analizado a partir de diferentes posturas. Entre los enfoques más destacados se encuentran:

  • Victimología positiva: identifica los factores socioculturales inherentes a las personas que contribuyen a la victimización; enfocándose principalmente en el crimen de tipo interpersonal. Su objetivo es conocer por qué algunas personas son más vulnerables al delito que otras.
  • Victimología crítica: examina el papel que juega el contexto social y las estructuras policiales y jurídicas en el proceso de victimización. Se propone entender cómo estos factores contribuyen al campo del conocimiento científico y del entendimiento de la víctima como una entidad.
  • Victimología radical: parte de la idea de que la sociedad es por sí misma un escenario de conflicto, y que el sistema legal perpetúa problemas como el crimen, la pobreza y la victimización. De esta forma, solo un cambio en el orden social podría solucionar dichas problemáticas.

(Díaz, 2006).

Las formas de victimización, como objeto de estudio de la victimología

Por victimización entendemos el fenómeno por el cual una persona o grupo se convierte en víctima. Conforme al nivel de análisis, podemos clasificar las formas de victimización en:

  • Victimización conocida/desconocida: Tiene en cuenta si la victimización transciende a la sociedad, a los medios de comunicación o a la policía, o si se mantiene oculta socialmente.
  • Victimización directa/indirecta: Siendo la primera una agresión inmediata hacia la víctima, mientras, la segunda, hace referencia a la victimización propia de personas que mantienen una relación estrecha con la persona agredida.

Por otro lado, una de las clasificaciones más utilizadas responde a tres criterios fundamentales que se estructuran de acuerdo al momento de producción del daño inferido a la víctima y de acuerdo a la persona victimizada; hablamos de victimización
primaria
, victimización secundaria y victimización terciaria.

Victimización primaria

La victimización primaria es el efecto directo e inmediato del delito que, por acción directa del victimario, convierte a una persona en víctima. Se refiere a la experiencia personal, a la conducta que constituye delito sobre el sujeto pasivo; y en definitiva, a la propia vivencia del crimen por parte la víctima. Implica un daño físico, psíquico, sexual, material, e incluso espiritual; en función del tipo de delito y de violencia ejercida. La victimización primaria puede acarrear en la víctima sentimientos de desconfianza, incapacidad o impotencia ante la agresión, abatimiento, miedo a la repetición, ansiedad, e incluso, culpabilidad con relación a los hechos (Hernández, Y.; Rodríguez, J. & Zamora, A., 2020).

Victimización secundaria

La victimización secundaria o revictimización se postuló, en un principio, como los efectos de la cadena de procesos de victimización que padece la víctima durante el procedimiento legal o policial, derivada de una respuesta institucional inadecuada, fría, deshumanizada e insensible para con las víctimas; obligándoles a testificar numerosas veces y a revivir los sucesos. Suele suponer una segunda experiencia, normalmente más cruel que la victimización primaria; pues el daño sufrido se ve incrementado como consecuencia del propio proceso legal o policial, que coloca a la víctima en una situación de cuestionamiento constante, e incluso de culpabilidad. Ante unas expectativas de protección por parte de las autoridades, de las instituciones o del Estado, la víctima experimenta sentimientos de incomprensión, ignorancia y olvido, sintiéndose como un mero sujeto pasivo y altavoz de los hechos ocurridos; generando que las personas pierdan la confianza y la credibilidad en el sistema de justicia (Hernández, Y.; Rodríguez, J. & Zamora, A., 2020). No obstante, al poco tiempo, la noción de victimización secundaria se fue ampliando, teniendo en cuenta que los procesos de revictimización no solo se producían en el ámbito judicial, sino en el propio entorno familiar o escolar, por ejemplo, cuando se interpretan erróneamente signos o indicios de abuso sexual infantil como «la fantasía de un niño». Tanto es así, que es posible afirmar que cuanto más allegada sea la persona victimiza secundariamente, mayor es el daño producido (Giménez-Salinas, E., & Prado, B., 2009). Del mismo modo, a nivel social se construyen imaginarios y se promueven discursos que pueden ser potencialmente revictimizantes; como la tendencia a responsabilizar a la víctima de una violación, por la ropa que llevaba en el momento de los hechos. Otro ejemplo muy común es criminalizar a una víctima de violencia de género, acusándola de haber «permitido» las agresiones o de disfrutar de relaciones disfuncionales; cuando, verdaderamente, el único responsable de la violencia de género es el victimario, producto de la cultura misógina y de los dispositivos de poder que le asisten. Por otro lado, en los medios masivos de comunicación, es frecuente que se lancen comentarios estigmatizantes hacia las víctimas por parte de periodistas y comentaristas que ignoran los mecanismos que subyacen a la victimización; y ocasionando, en consecuencia, revictimización a estas víctimas por medio de prejuicios y desinformación vertida en tertulias televisivas con audiencias millonarias.

Victimización terciaria

Algunas autoras y autores han descrito esta forma de victimización como consecuencia de la marginación social por parte de unas estructuras injustas, perpetrada por parte de los grupos dominantes -victimización terciaria judiciaria- o como el hacinamiento de los centros penitenciarios -victimización terciaria penitenciaria-; así como los problemas de reinserción en una sociedad hostil -victimización terciaria postpenitenciaria-. Otras y otros académicos conciben la victimización terciaria como el proceso mediante el cual unas estructuras institucionales y sociales injustas abocan indefectiblemente a la comisión de hechos delictivos a través de los que la persona afectada se intenta evadir de la marginación y de los que, en ocasiones, puede depender su propia supervivencia (Giménez-Salinas, E., & Prado, B., 2009).

La prevención de la victimización como objeto de estudio de la victimología

La victimología cuenta con un objeto de estudio eminentemente práctico, relacionado con la confección de alternativas de asistencia a las víctimas y de programas o planes de prevención. En este sentido, las intervenciones se dirigen a la prevención de la victimización, atendiendo a tres periodos críticos:

  • Prevención primaria: se dirige a la sociedad en general, identificando las víctimas potenciales, y buscando la colaboración entre autoridades y sociedad.
  • Prevención secundaria: se dirige a grupos potenciales de riesgo en zonas donde el peligro de ser victimizado es conocido; propiciando la solidaridad de la comunidad y aumentando la vigilancia y la denuncia de los miembros de la sociedad en la prevención de la presentación de delitos plenamente identificados.
  • Prevención terciaria: consiste en la creación, dentro de la comunidad, de programas de asistencia y tratamiento a las víctimas; procurándoles ayuda inmediata para que pueda iniciar la superación de la victimización sufrida y así evitar de esta forma de victimización.

(Díaz, 2006).

Política victimológica o victimología preventiva

La política criminológica se concibe como el diseño y la puesta en marcha de un conjunto de medidas preventivas y de acción posdelictiva; que tienen como objeto reducir la criminalidad. El trabajo preventivo victimológico aborda la prevención con la víctima potencial y no con el delincuente; es una herramienta que persigue educar a la ciudadanía para generar en ella una sensibilización y conciencia preventiva, con objeto de reducir la probabilidad de victimización. De esta forma, estaríamos previniendo el delito de manera integral, pero atendiendo a la educación preventiva victimológica; realizando, por tanto, prevención del delito desde una perspectiva victimológica; emprendiendo las acciones necesarias para trasladar la información oportuna que permita evitar o reducir la probabilidad de victimización (Hikal, 2013).

Conclusión

Por medio de este acercamiento, hemos ofrecido una aproximación, tanto al objeto de estudio de la victimología como al propio concepto de la victimización; analizándolo desde el prisma de esta disciplina científica aplicada y emergente que se erige para analizar transversalmente a las víctimas; atendiendo a los efectos del delito y a sus necesidades de reparación, con un marcado interés por el desarrollo de políticas y mecanismos para la prevención de la victimización en sus diversas formas.

Referencias:

  • Díaz, F. (2006). Una mirada desde las víctimas: el surgimiento de la victimología. Ensayo Umbral Científico, número (9), pp. 141-159. redalyc.org
  • Fattah, E. (2014). Victimología: pasado, presente y futuro. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, número (16). ucipfg.com
  • Giner, C. (2011). Aproximación psicológica de la victimología. Revista derecho y criminología. repositorio.ucam.edu
  • Giménez-Salinas, E., & Prado, B (2009) ¿Una tercera victimización? Interdisziplinäre Kriminologie – Festschrift für Arthur Kreuzer zum 70. d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net
  • Hernández, Y.; Rodríguez, J. & Zamora, A. (2020). La victimización. Consideraciones teórico-doctrinales. Derecho y cambio social, (61), 392-413. dialnet.unirioja.es
  • Hikal, W. (2011). El presente y futuro de la victimología: ciencia, filosofía y prevención. Revista de Criminologia e Ciências Penitenciárias, 1(1). academia.edu
  • Hikal, W. (2013). La especialización de la victimología: Ciencia y filosofía. Hacia las victimologías específicas. Vox Juris, 26, 43. heinonline.org
  • Manzanera, L. (2002). Victimología: Estudio de la víctima. Ciudad de México, México. Editorial Purrua. derechopenalenlared.com

Fran González es director de la revista Mente y Ciencia. Graduado en Psicología por la Universitat Oberta de Catalunya (España). R. Mauricio Sánchez es editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia. Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México).

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