‘Adicción al sexo’, hipersexualidad o conducta sexual compulsiva

La 'adicción al sexo', hipersexualidad o conducta sexual compulsiva, se manifiesta como una preocupación excesiva por conductas o ideaciones sexuales, de difícil control.

Es común que en series y películas se mencione desde hace algunos años la expresión ‘adicción al sexo’, a veces de forma dramática y otras con un tinte pintoresco; por lo general, haciendo referencia a personas que tienen demasiadas relaciones y parejas sexuales. Sin embargo, no es claro si realmente constituye una adicción en la vida real, o si es un recurso narrativo para hacer a los personajes literarios y de la ficción más complejos. 

Contenidos relacionados:

¿Qué es una adicción?

Antes de definir la ‘adicción al sexo’, es necesario tener claro qué es un comportamiento adictivo. Al investigar en diferentes fuentes, cuando se habla de adicciones, se hace referencia al consumo de sustancias y ocasionalmente, se mencionan algunas actividades. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (1994), para hablar de adicciones se debe tener presente que: 

  • El consumo debe ser continuo y repetitivo, llegando al punto de la intoxicación.
  • Se presenta mucha dificultad para detener el consumo.
  • Se genera tolerancia, lo cual hace necesario el incremento de la sustancia para mantener el efecto deseado. 
  • Cuando se interrumpe el consumo se genera síndrome de abstinencia, lo cual incluye malestar tanto físico como emocional, ligado a la necesidad del organismo por consumir la sustancia. 

¿Qué ocurre en el cerebro cuando se presentan adicciones?

En 1954, James Olds y Peter Milner descubrieron el sistema de placer cerebral, cuando implantaron un electrodo en el cerebro de las ratas, ubicado en la zona que actualmente conocemos como el sistema de motivación y recompensa. En el experimento, la rata podía estimularse esta zona al presionar palanca, lo cual las llevó a hacerlo hasta 2000 veces por hora, ignorando otras necesidades como la alimentación, el agua o el sexo, y finalmente a morir (Méndez-Díaz, 2017). 

Este sistema de motivación y recompensa se encuentra constituido por neuronas dopaminergicas agrupadas en el área ventral tegmental (AVT). Estas neuronas tienen conexiones con el núcleo accumbens (NAcc) y la amígdala (AMI), lo que constituye la vía mesolimbica; y también se conectan con la corteza prefrontal (CPF), constituyendo la vía mesocortical. El AVT se activa cuando realizamos una tarea agradable, como alimentarnos o tener relaciones sexuales, lo cual genera una liberación de dopamina en el NAcc y una inhibición en la AMI. En el caso del consumo de sustancias, el AVT se activa mucho más intensamente que con reforzadores necesarios, lo cual genera una sobrecarga de dopamina, siendo mucho más placenteros; mientras que en periodos de abstinencia se genera un déficit de dopamina, lo cual genera la necesidad de consumir nuevamente (Méndez-Díaz, 2017).

¿Es la ‘adicción al sexo’ realmente una adicción?

Al revisar el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales DSM-5, no aparece ninguna categoría diagnóstica relacionada con conductas sexuales adictivas, ni en el apartado de disfunciones sexuales, ni en el de trastornos adictivos; todo ello, a pesar de que se había propuesto incluir un Trastorno hipersexual, que fue finalmente desestimado y no aparece en el manual. Esto se debe a que no hay suficiente evidencia científica que demuestre que exista una alteración en el sistema de motivación y recompensa mencionado anteriormente, como sí ocurre con sustancias psicoactivas y los juegos de azar (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014).

Sin embargo, en la clasificación CIE 11, que es una norma internacional para el registro diagnóstico de datos en salud, aparece tipificado bajo el código 6C72 Trastorno por comportamiento sexual compulsivo, caracterizado por la incapacidad para controlar impulsos sexuales intensos, que desembocan en comportamientos sexuales repetitivos. Estas actividades terminan por convertirse en un punto central de la vida de la persona hasta el punto de afectar sus demás áreas. Estas conductas deben presentarse por lo menos durante 6 meses de forma continua, generando un malestar marcado a nivel personal, familiar, educativo, ocupacional o social (CIE 11, 2019). 

Por lo tanto, teniendo en cuenta que a la consulta asisten muchas personas manifestando dificultades relacionadas con un intenso deseo sexual, conductas inapropiadas y alteraciones en las dimensiones vitales debido a esto, se debe tomar como una entidad a tratar desde la clínica como una adicción (Chiclana et, al, 2015). 

¿Cuáles son las características de la hipersexualidad?

Es fundamental tener en cuenta que el deseo sexual no es algo que se pueda medir objetivamente, dado que varía entre las personas, pues está muy ligado con otros factores como la crianza, la cultura, la educación, entre otros; de modo que lo que para algunas personas se puede considerar normal, para otras puede ser considerado como excesivo o insuficiente. Por lo tanto, se considera que es un trastorno, cuando genera malestar, incomodidad o interfiere con las actividades de la vida cotidiana (Saleme, et. al, 2010). De esta forma, el comportamiento sexual compulsivo, comprende: 

  • Deseo sexual incontrolable, ya sea evidenciado por medio de relaciones sexuales, masturbación o consumo de pornografía.
  • La estimulación sexual no siempre genera satisfacción física o emocional en el individuo.
  • La estimulación sexual suele estar acompañada de sentimientos de culpa y malestar, lo cual lleva a la persona a repetir esfuerzos infructuosos para detener o disminuir la conducta.
  • Estas conductas suelen presentarse por un periodo de tiempo prolongado y de forma repetitiva.
  • Problemas laborales, sociales, familiares, económicos, académicos, de salud, entre otros, secundarios a la conducta sexual exacerbada. 
  • Aumento en la intensidad y frecuencia de fantasías relacionadas con el sexo, que impiden el cumplimiento de las actividades del día. 
  • Estas fantasías, impulsos y comportamientos sexuales aparecen como respuesta a estados de ánimo disfóricos, como por ejemplo tristeza, ansiedad, irritabilidad, o frente a eventos estresantes. 

La adicción al sexo como síntoma de otras patologías

A pesar de que desde la clínica puede tratarse como una entidad independiente, es fundamental tener en cuenta que la hipersexualidad también está presente como un síntoma en múltiples patologías psiquiátricas, como la demencia frontotemporal y la bipolaridad -en estado de manía-, y además, se presenta también en comorbilidad con el Déficit de Atención con Hiperactividad, el Trastorno Obsesivo Compulsivo, trastornos depresivos y abuso de sustancias. (Chiclana et, al, 2015).

En conclusión, aunque es comúnmente frivolizada en la ficción, existe un cuadro que sería compatible con lo que entendemos como ‘adicción psicológica’ al sexo. A pesar de que aún no se ha tipificado como un trastorno psiquiátrico, el repertorio comportamental y los signos clínicos sí constituyen una entidad que genera malestar psicológico y emocional, por lo que requiere una intervención eficaz. Es fundamental realizar una evaluación clínica en profundidad, pues aunque el o la paciente refiera ‘adicción al sexo’ y este sea el motivo principal de la consulta, pueden ser las manifestaciones de otros trastornos o de alguna patología psiquiátrica compleja, que pudiera requerir de un tratamiento específico que no se limite únicamente a las conductas hipersexualizadas.

Referencias:

  • Asociación Americana de Psiquiatría (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM 5. 5ª Ed. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría.
  • Chiclana, C., Contreras, M., Carriles, S., y Rama, D. (2015). Adicción al sexo: ¿Patología independiente o síntoma comórbido? Revista Iberoamericana de Psicosomática, 115 (1), 19-26. dialnet.unirioja.es 
  • CIE 11 (2019). icd.who.int
  • Méndez-Díaz, M., Romero, B. M., Cortés, J., Ruiz-Contreras, A. E., y Prospéro-García, O. (2017). Neurobiología de las adicciones. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, 60 (1), 6-16. www.scielo.org.mx
  • Organización Mundial de la Salud (1994). Glosario de términos de alcohol y drogas. Ministerio de sanidad y consumo: Madrid.
  • Saleme, Y., Negrete, I., Celedón, J. (2010). Adicción al sexo, un problema silencioso. Pensando Psicología, 6 (10),  161-166.
Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.

Artículos diarios sobre psicología, neurociencias y salud para profesionales, estudiantes y mentes inquietas

CONTENIDO RELACIONADO

Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.