Consumo de drogas y embarazo: cómo afecta al feto

El consumo de drogas durante el embarazo tiene consecuencias muy graves para el desarrollo del feto; muchas de ellas irreversibles.

El periodo de embarazo, al comprender una etapa de desarrollo básica de todo ser, es un periodo muy delicado. En él, el cuerpo de la mujer embarazada debe estar lo más equilibrado posible. La alimentación, el estrés, los medicamentos, la cafeína, etc., son factores que deben estar regulados durante el embarazo, mientras que otros, como el consumo de drogas – o sustancias psicoactivas-, se debe eliminar por completo, dadas las implicaciones que puede tener sobre el desarrollo del feto.

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El consumo de drogas durante el embarazo como una forma de maltrato

Cunado el consumo de drogas lo realiza una persona embarazada, y este consumo genera algún tipo de malestar o alteración en el feto, se denomina Abuso Fetal. El maltrato o abuso fetal hace referencia a cualquier acción deliberada o negligente que afecte al feto, en cualquiera de sus etapas de desarrollo. El consumo de drogas durante el embarazo, constituye un factor de riesgo, que puede afectar directamente el desarrollo fetal, la adaptación del recién nacido a la vida fuera del útero, y su posterior desarrollo (Fajardo-Ochoa y Olivas-Peñuñuri, 2010).

Efectos del consumo de drogas durante el embarazo

La exposición a drogas o sustancias psicoactivas durante el embarazo, puede tener efectos directos e indirectos sobre el feto (Fajardo-Ochoa y Olivas-Peñuñuri, 2010; Flores-Ramos, 2012):

  • Los efectos directos hacen referencia a las alteraciones en el desarrollo fetal, secundarias al consumo de la sustancia en si misma, y los diferentes trastornos derivados. Este efecto depende del tipo de sustancia consumida; sin embargo, muchas de las personas consumidoras no se limitan a una sola sustancia, lo que dificulta identificar con certeza el efecto que el consumo tendrá sobre el neonato.
  • Asimismo, el consumo de sustancias durante el embarazo, también puede generar alteraciones indirectas, relacionadas con las conductas derivadas del consumo, como lo son la mala alimentación, una pobre atención médica prenatal, y conductas sexuales de riesgo que pueden desencadenar el contagio de infecciones de trasmisión sexual.

Por lo tanto, el daño al feto puede ocurrir por cuatro mecanismos (Fajardo-Ochoa y Olivas-Peñuñuri, 2010):

  • Muerte por intoxicación con la sustancia consumida
  • Muerte por supresión o abstinencia de la droga
  • Daño o muerte por el modo de consumo de la sustancia
  • Alteraciones secundarias al estilo de vida de la persona gestante.

Consumo de drogas estimulantes en el embarazo

Específicamente el consumo de cocaína, se ha asociado con (Fajardo-Ochoa y Olivas-Peñuñuri, 2010; Flores-Ramos, 2012; Menéndez, Álvarez y García, 2018):

  • Disminución de peso, talla y perímetro cefálico
  • Malformaciones cardiacas
  • Pobre maduración de los pulmones
  • Desprendimiento prematuro de la placenta
  • Placenta previa
  • Parto prematuro
  • Labio y paladar hendido
  • Alteraciones en el patrón de sueño

Por su parte, los efectos derivados de las anfetaminas son similares, pues el mecanismo de acción en ambas drogas es análogo (Fajardo-Ochoa y Olivas-Peñuñuri, 2010; Flores-Ramos, 2012).

Consumo de cannabis y drogas depresivas durante el embarazo

El consumo de marihuana o cannabis – y drogas similares, depresoras del sistema nervioso central- durante el embarazo, está asociado con (Fajardo-Ochoa y Olivas-Peñuñuri, 2010; Flores-Ramos, 2012):

  • Riesgo de aborto espontáneo
  • Retraso en el crecimiento uterino
  • Alteraciones en la memoria y déficit de aprendizaje
  • Déficit en procesos de habituación de estímulos novedosos
  • Alteración en los sistemas hormonales
  • Riesgo de hemorragia durante el parto
  • Letargia e hipotonía
  • Discapacidad cognitiva y parálisis cerebral
  • Riesgo de muerte súbita del recién nacido

Consumo de drogas inhalables o solventes

En estudios realizados en modelos animales y en humanos, se encontrado que la exposición a solventes como drogas, durante el embarazo, tiene efectos teratogénicos. Los efectos terategenicos son aquellos que, pueden generar defectos congénitos – incluidas malformaciones- durante el periodo gestacional, los cuales pueden llegar a ser incompatibles con la vida (Flores-Ramos, 2012).
Asimismo, se ha observado un patrón de malformaciones similar al que se presenta en el síndrome alcohólico fetal. Dentro de las principales alteraciones secundarias al consumo de inhalables durante el embarazo se encuentran (Flores-Ramos, 2012):

  • Muerte fetal y perinatal
  • Nacimiento prematuro
  • Retraso en el crecimiento intrauterino
  • Bajo peso y talla al nacer
  • Malformaciones craneofaciales
  • Retraso en el desarrollo cognitivo y alteraciones conductuales

Opioides y opiáceos durante el embarazo

Las complicaciones asociadas por consumo de opioides y opiáceos durante el embarazo incluyen (Menéndez, Álvarez y García, 2018):

  • Parto prematuro
  • Ruptura prematura de membranas
  • Corioamnionitis – inflamación de la placenta-
  • Muerte perinatal

En el caso específico de la heroína, se ha encontrado que llega rápidamente a la placenta, de modo que en una hora es detectable en el líquido amniótico. Debido a que el útero no está en capacidad de metabolizar estas sustancias, el riesgo de que el feto presente síndrome de abstinencia es muy elevado (Menéndez, Álvarez y García, 2018).

Consumo de tabaco y alcohol durante la gestación

Aunque el tabaco y el alcohol son sustancias legales, pueden incluirse dentro de las sustancias psicoactivas, dado los efectos que tiene sobre el sistema nervioso central. Se considera que los efectos secundarios a su consumo hace parte de las causas prevenibles y más comunes de mortalidad infantil y prenatal. Dentro de lo riesgos relacionados con el embarazo, a los que está expuesta una persona fumadora o bebedora, se encuentran (Menéndez, Álvarez y García, 2018):

  • Riesgo de desarrollar embarazo ectópico
  • Malformaciones embrionarias no compatibles con la vida
  • Ruptura prematura de membrana
  • Desprendimiento de placenta
  • Aborto espontáneo
  • Parto prematuro
  • Daño neurológico
  • Bajo peso al nacer
  • Riesgo de parálisis cerebral o problemas de aprendizaje

Síndrome de abstinencia neonatal

Aunque depende de la droga que se haya consumido durante el embarazo, es de esperar que, en la mayoría de los casos, debido a una suspensión drástica del consumo, se presente síndrome de abstinencia neonatal. Independientemente de cual sea la sustancia, son evidentes manifestaciones conductuales y fisiológicas en el recién nacido, las cuales además de constituir un riesgo para su salud y desarrollo, son dolorosas y generan gran malestar (Flores-Ramos, 2012; Menéndez, Álvarez y García, 2018).

El consumo de drogas o sustancias psicoactivas durante el embarazo, puede traer consecuencias negativas en la salud de la madre y el feto. La recomendación inicial es no consumir durante el periodo de gestación, pero a su vez, si la persona que desea quedar en embarazo es consumidora habitual, debe consultar con su médico para minimizar el riesgo, y determinar el tiempo adecuado de desintoxicación antes del embarazo. Asimismo, si el embarazo no es planeado, pero desea conservarse, no se puede suspender de forma radical el consumo, sino que debe hacerse bajo supervisión médica, con el fin de no generar síndrome de abstinencia en la madre y el feto.

Referencias:

  • Fajardo, F., Olivas, M. (2010). Abuso Fetal por Consumo Materno de Drogas Durante el Embarazo. Bol Clin Hosp Infant, volumen (27), número (1), pp. 9-15. medigraphic.com
  • Flores, M. (2012). Uso de sustancias adictivas durante el embarazo. Perinatología y Reproducción Humana, volumen (26), número (3), pp. 169-171. scielo.org.mx
  • Menéndez, X., Álvarez, N., García, J. (2018). Sustancias adictivas y embarazo: Cuidados de enfermería a la mujer embarazada y al recién nacido para minimizar sus efectos. Enfermería comunitaria, volumen (6), número (2), pp. 34-49.
Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.

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Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.