Análisis conductual aplicado (ABA): bases y aplicaciones

El análisis conductual aplicado -ABA-, se interesa por la relación entre los acontecimientos ambientales y la conducta que se pretende modificar.

El análisis conductual aplicado, por sus siglas en inglés ABA -Applied Bahavior Analysis-, surge como una respuesta frente a los modelos diagnósticos generados por la tradición psicoanalítica y el enfoque psiquiátrico; predominantes en la atención clínica durante la primera mitad del siglo XX.

Para los promotores de esta corriente, la intervención terapéutica requiere de una mayor rigurosidad metodológica que permita dar seguimiento al tratamiento y su efectividad. Además, consideran que modelos tradicionales, como los enfoques psicodinámicos, carecen de contrastes empíricos que permitan su refutación. Por otro lado, destacan que el esquema médico clásico se limita a la evaluación de las variables orgánicas involucradas en los trastornos mentales y conductuales; ignorando o infravalorando la responsabilidad que tiene el medio y el propio paciente sobre su propia conducta (Rodas, 2009).

De esta forma, el análisis conductual aplicado combina la psicología del aprendizaje con el método experimental para predecir el comportamiento humano e implementar las técnicas para modificarlo.

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¿En qué consiste el análisis conductual?

El análisis conductual busca identificar la relación que existe entre los acontecimientos del ambiente y una conducta en particular. Esto, con el propósito de comprender por qué dicho comportamiento ocurre, o para determinar por qué una persona se comporta como lo hace. Para ello, se sirve de los principios generados por el conductismo y las ciencias del aprendizaje (Miltenberger, 2013).

Para este enfoque, la conducta humana tiene características específicas:

  • Tiene frecuencia, duración e intensidad -es medible-.
  • Es dinámica.
  • Puede ser observada, descrita y registrada por otros o por la misma persona que la ejecuta.
  • Tiene un impacto sobre el ambiente, tanto físico como social, sobre los demás y sobre nosotros o nosotras mismas.
  • No es azarosa, sino que está regulada por leyes.
  • Implica acciones de una persona, por lo que debe describirse con verbos que denoten una acción.

(Miltenberger, 2013).

El análisis de la conducta, como disciplina científica, puede ser dividido en tres corrientes: el análisis experimental de la conducta, que se centra en el estudio de los principios básicos de la conducta con animales humanos y no humanos; el conductismo, que es la rama del análisis de la conducta que se centra en los fundamentos conceptuales y filosóficos de la ciencia de la conducta; y el análisis conductual aplicado, que puede ser descrito como la rama práctica de dicha disciplina (Wilder, Austin, Casella, 2009).

¿Qué es el análisis conductual aplicado?

En términos muy generales, el análisis conductual aplicado puede ser definido como la aplicación del conjunto de conocimientos psicológicos adquiridos según los principios de la investigación científica, a la comprensión y solución de problemas concretos (Rodas, 2009). Esta disciplina emplea sistemáticamente las tácticas derivadas de los principios de conducta para mejorar las conductas socialmente significativas; utilizando la experimentación para identificar las variables responsables del cambio de conducta (Cooper, Heron, Heward, 2017).

Es importante comentar que el análisis conductual aplicado no utiliza el modelo hipotético-deductivo de investigación. Es decir, que no se centra en comprobar la teoría que lo sustenta. En cambio, este campo ha adoptado un modelo inductivo de investigación en el que se evalúa la utilidad de los procedimientos, independientemente de su significado teórico (Wilder, Austin, Casella, 2009).

Características del análisis conductual aplicado

El análisis conductual aplicado suele definirse y distinguirse a partir de ciertos criterios específicos. De esta forma, este es:

  • Aplicado: está comprometido en conseguir mejoras conductuales que hagan progresar y mejorar la vida de la gente.
  • Conductual: se centra en la conducta que debe ser mejorada; se asegura de que esta sea medible; y se mantiene alerta sobre quién realmente ha cambiado su comportamiento -las y los sujetos, o las y los propios analistas-.
  • Analítico: ha demostrado una relación funcional entre los eventos manipulados y un cambio preciso en alguna dimensión medible de la conducta objetivo.
  • Tecnológico: todos sus procedimientos operativos se identifican y describen con suficiente detalle y claridad. De tal forma que sean replicables.
  • Conceptualmente sistemático: los procedimientos para cambiar la conducta y cualquier interpretación de cómo o por qué son efectivos, son descritos en términos de los principios de los que se han derivado.
  • Efectivo: mejora la conducta que se investiga en sus aspectos prácticos.
  • Generalizable: el cambio de conducta permanece a lo largo del tiempo, aparece en otros ambientes diferentes al que inicialmente se produjo la primera intervención, y se propaga a otras conductas que no han sido tratadas directamente.

(Cooper, Heron, Heward, 2017).

Objetivos del análisis conductual aplicado

Como ya se ha comentado, el análisis conductual aplicado se distingue por su sentido práctico. De esta manera, sus objetivos son la predicción y el control de la conducta, con énfasis en este último (Wilder, Austin, Casella, 2009). Para alcanzar dichas metas se concentra en realizar cambios específicos en los eventos ambientales que tienen una relación funcional con el comportamiento (Miltenberger, 2013). Dicha modificación requiere el seguimiento de ciertos principios:

  • Se centra en conductas y no en rasgos personales.
  • Evalúa y modifica los eventos ambientales presentes que están funcionalmente relacionados con la conducta.
  • Altera las relaciones funcionales entre la conducta y las variables ambientales que la controlan, con el objetivo de producir el cambio conductual deseado.
  • Evalúa el cambio conductual resultante, a través de la medición del comportamiento antes y después de la intervención.

(Miltenberger, 2013).

Este proceso se centra casi exclusivamente en el diseño y práctica de estrategias que pueden ser utilizadas para modificar una conducta determinada, con el fin de resolver un problema concreto.

Estrategia de intervención en el análisis conductual aplicado

Existen diferentes modelos o estrategias terapéuticas que permiten la integración entre diagnóstico y tratamiento a partir de los principios del análisis conductual aplicado. A continuación, se describirán las fases del proceso terapéutico consideradas por este tipo de propuestas.

  • Definición del problema: implica la apropiación del problema. Es decir, que la persona acepte el problema que enfrenta como algo propio. De forma tal, que sea posible dimensionar cómo dicha situación afecta su vida, y cómo influye en su conducta general.  Lograda la apropiación, existe una fase de delimitación, donde se identifican las conductas problema y la relación que tienen entre sí, con el fin de jerarquizar y determinar las prioridades en el proceso terapéutico. Además, se evalúan los niveles de respuesta más afectados por dichos problemas.
  • Análisis de variables problema: consiste en analizar las conductas problema tomando en cuenta sus determinantes biológicos y conductuales. Además, incluye el estudio de aquellas variables que pueden dificultar o contribuir al tratamiento. Estas últimas suelen relacionarse con el contexto de vida del sujeto o con algunas características que le son propias.
  • Hipótesis y tratamiento: implica el desarrollo de hipótesis contrastables que expliquen la conducta problema y que den pie para las alternativas de tratamiento. Durante esta fase, es necesario acordar las metas y la duración de la intervención, así como el tipo de técnicas que se emplearán en la misma.
  • Resultados y seguimiento: cuando se logran las metas terapéuticas y se estabilizan las conductas deseadas, es posible considerar la conclusión del tratamiento. Para la permanencia de dichos efectos, se suele dar seguimiento a la evolución de las conductas y a las posibles dificultades presentes en periodos posteriores.

(Rodas, 2009).

Aplicaciones del análisis conductual aplicado

En un inicio, el análisis conductual aplicado fue desarrollado dentro del ámbito de la psicología clínica como una alternativa terapéutica en el tratamiento de distintos trastornos mentales. No obstante, su uso se ha extendido a muchas otras áreas de la vida; obteniendo resultados positivos en la resolución de problemas conductuales de muy diversa naturaleza. Algunas de las aplicaciones de este modelo más relevantes en este sentido son:

  • Intervención complementaria en el tratamiento de síntomas de diferentes trastornos mentales y conductuales en el ámbito clínico.
  • Modificación de hábitos relacionados con trastornos comportamentales en niñas y niños.
  • Prevención y modificación de hábitos de riesgo relacionados con distintas enfermedades físicas, como diabetes o afecciones cardiovasculares.
  • Auxiliar en procesos de rehabilitación física.
  • Tratamiento de adicciones y hábitos nocivos.
  • Análisis de procesos dentro de la industria.
  • Diseño de estrategias de capacitación y entrenamiento dentro de las empresas.
  • Análisis de conducta y evaluación del desempeño en el ámbito laboral.
  • Modificación de conductas y hábitos negativos en el trabajo.
  • Diseño de estrategias pedagógicas en distintos niveles educativos.
  • Integración de programas de educación especial frente a distintos tipos de discapacidad sensorial o intelectual.
  • Aumento de la eficiencia, la satisfacción y el bienestar de los empleados en distintas áreas laborales.
  • Mejoramiento del rendimiento deportivo.

(Austin, Carr, 2000; Wilder, Austin, Cassella, 2009; Cooper, Heron, Heward, 2017).

Referencias:

  • Austin, J., Carr, J. (2000). Handbook of Applied Behavior Analysis. Nevada, Estados Unidos de America. Context Press. docero.com.br
  • Cooper, J., Heron, T., Heward, W. (2017). Análisis aplicado de conducta. Cádiz, España. ABA España Publicaciones. docer.com.ar
  • Miltenberger, R. (2013). Modificación de conducta: Principios y procedimientos (5a ed.). Ediciones Pirámide. academia.edu
  • Rodas, R. (2009). Análisis Conductual Aplicado. Manizales, Colombia. Universidad de Manizales. docer.com.ar
  • Wilder, D., Austin, J., Casella, S. (2009). Applying Behavior Analysis in Organizations: Organizational Behavior Management. Psychological Services, volumen (6), número (3), pp. 202-211. researchgate.net
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.