Bioética en psicología: psicoética y deontología

La bioética es la disciplina que trata de responder a los diversos dilemas éticos que emergen en el seno de la psicología, así como en resto de ciencias de la salud.

La bioética es una subdisciplina de la ética que surge como una respuesta a los diversos problemas éticos generados dentro de la práctica de las ciencias de la salud. En un principio, este dominio se centraba en el efecto que los avances de la biología y tecnología tenían sobre la actividad médica (Audi, 2004); no obstante, a lo largo del tiempo, sus intereses se han extendido a las acciones y decisiones de las y los demás profesionales sanitarios; incluyendo aquellos relacionados con la salud mental. Es así que, la bioética se ha transformado en una herramienta muy valiosa y necesaria para la psicología. Una disciplina donde las decisiones no solo son de carácter técnico, sino moral (Albert, et.al 2007).

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¿Qué es la bioética?

La bioética estudia sistemáticamente todos los problemas éticos de las ciencias de la vida, lo que incluye la vida psíquica (França-Tarragó, 2012). Para ello, se enfoca en el análisis de las relaciones que existen entre los distintos agentes involucrados en un dilema ético. Esto es, el o la paciente, la familia, profesionales de la salud y las instituciones. A partir de esto, pretende establecer un sistema racional de decisión más allá de criterios jurídicos o religiosos (Albert, et.al 2007).

La bioética destaca por aplicar los principios de la ética a la resolución de problemas concretos; lo que la define como una disciplina de naturaleza práctica. Como producto de ello, surge el llamado principialismo secular, el cual plantea la existencia de determinados principios éticos que deben determinar la conducta y la toma de decisiones de profesionales sanitarios y pacientes, en su condición de sujetos morales (Ocampo, 2013).

En este sentido, se han desarrollado diversas propuestas. No obstante, existe una formulación clásica, aceptada por un gran número de autores e instituciones. Esta establece cuatro principios de la bioética: autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia (Beauchamps, Childress, 1999).

La dificultad de desarrollar una bioética en psicología

La bioética se desarrolla de una manera muy particular dentro de la psicología, debido al tipo de dilemas morales que debe enfrentar en la práctica diaria. En muchas ocasiones, los psicólogos y psicólogas deben actuar sin contar con toda la información que se requiere para emitir un juicio objetivo (Albert, et.al 2007). Además, gran parte de los procesos mentales que son objeto de esta disciplina, solo pueden ser conocidos de manera indirecta a través de la conducta o las declaraciones de las y los sujetos estudiados, por lo que siempre existe un cierto nivel de incertidumbre en los distintos tipos de intervención.

Por otro lado, en términos de interpretación, no existe un acuerdo unánime en los trasfondos teóricos de la psicología y la psicoterapia; los cuales, miran un mismo fenómeno desde diferentes ángulos, considerando o ignorando distintas dimensiones de él.

Aunado a esto, es necesario considerar que los problemas planteados dentro de un consultorio o estudiados dentro de un laboratorio, no son sólo psicológicos o biológicos, sino que son además morales (Albert, 2007). Por lo tanto, los límites entre lo técnicamente efectivo y lo moralmente aceptable son menos claros en psicología que en otras disciplinas; además de ser diferentes en cada caso.

Deontología del psicólogo o psicóloga

Para comprender el desarrollo de la bioética en psicología, se necesita distinguirla de un concepto ligado a ella: la deontología.

La deontología es la rama de la ética que se ocupa de los deberes profesionales (França-Tarragó, 2012); por lo que, aplicada a la práctica psicológica, se encargaría de establecer las reglas de buena praxis que los psicólogos y psicólogas deben seguir en su actividad cotidiana.

Los acuerdos que pueden conformar un código deontológico son mucho más específicos que un código ético (Albert, 2004), y por lo general, son desarrollados en el marco de una institución u organización (França-Tarragó, 2012). Además, se centran exclusivamente en la conducta profesional, sin considerar la perspectiva del paciente o los sujetos de estudio.

Su formulación es valiosa, ya que muestran pautas de conducta claras que regulan la práctica de aquellos que lo siguen; así como brindan seguridad a las personas que hacen uso de los servicios psicológicos profesionales.

Principios de la bioética y su relación con la psicología

El principialismo propone cuatro principios nacidos en el ámbito médico, que deben ser respetados frente a los distintos conflictos éticos que surgen en la investigación y la práctica clínica. A continuación, se analizará la forma en que dichos preceptos de la bioética son aplicables dentro de la psicología.

  • Principio de beneficencia: expresa el deber de hacer el bien a las demás personas. El psicólogo o psicóloga debe procurar que su intervención beneficie a las personas que demandan sus servicios, lo que lo confronta con la labor de establecer y conciliar los beneficios que el o la profesional buscan, y aquellos que, según su juicio, necesitan.
  • Principio de no maleficencia: es la obligación de no dañar a otra persona. Lo que significa que el o la profesional debe de procurar que su intervención no perjudique a aquellas personas que solicitan su ayuda. Por su parte, el psicólogo o psicóloga debe considerar que tanto las estrategias aplicadas en el tratamiento o investigación, como los métodos empleados, sean inofensivas para quienes sean expuestos a su labor.
  • Principio de autonomía: implica que las personas tienen el derecho de decidir y actuar por sí mismas, siempre y cuando no dañen a terceros. Esto significa que los psicólogos y psicólogas deben de exponer los términos de la intervención claramente y sin engaños, para que las personas decidan el curso de la interacción profesional. También involucra que las opiniones de estos individuos sean respetadas.
  • Principio de justicia: conlleva que todas las personas tienen los mismos derechos y que se les debe ofrecer las mismas oportunidades. Esto significa, que el psicólogo o psicóloga no debe hacer distinciones en razón de particularidad alguna para brindar sus servicios -sexo, género, etnia, raza, cultura, etc-. Además, implica esforzarse activamente en brindar atención a las personas que la necesiten.

(Albert, et.al 2007).

Psicoética: la bioética de la psicología

Las particularidades que definen la práctica de la psicología, tanto en el ámbito clínico como en el de la investigación, hacen necesario el desarrollo de una bioética enfocada en los dilemas éticos surgidos dentro de las ciencias de la salud mental. Debido a esto, la noción de psicoética ha cobrado cada vez más fuerza en los distintos escenarios del ejercicio profesional de la psicología.

Esta puede ser definida como el estudio especializado de los dilemas éticos en torno a la relación que existe entre pacientes y profesionales de la salud mental. A diferencia de la deontología, la psicoética también considera los deberes y derechos de aquellas personas que utilizan los servicios de psicología (França-Tarragó, 2012).

En el caso de la investigación en psicología, la formulación de un código basado en la bioética debe considerar los efectos que tiene la intervención psicológica sobre la vida del individuo estudiado. En este sentido, los principios de bondad y no maleficencia siempre deben ser respetados, evaluando los beneficios que cada proyecto pretende obtener en contraposición de los daños potenciales. Además, se debe velar por la autonomía de los sujetos de investigación. Para ello, es necesario que la participación de las personas sea enteramente voluntaria y que los términos de las pruebas y experimentos sean expuestos de manera clara. Esta última condición es una importante fuente de dilemas morales, ya que muchos proyectos de estudio requieren que las personas voluntarias desconozcan el objeto verdadero de las pruebas aplicadas (Ocampo, 2013).

Cabe destacar que un código ético no es un conjunto de reglas que deben ser acatadas obligatoriamente. Por el contrario, son guías cuyo objetivo es inspirar a los profesionales en su labor diaria, así como brindar pautas que les ayuden a enfrentar dilemas éticos y morales.

Principios generales de la APA: pauta de conducta profesional

Diferentes organismos oficiales en todo el mundo han intentado desarrollar códigos que guíen en cierta medida la práctica profesional de psicólogos y psicoterapeutas. En este sentido, una de las relaciones más conocidas, son los Principios Generales identificados por la Asociación Psicológica Americana. Los cuales, han servido como referente para numerosas instituciones en la construcción de sus propios códigos éticos.

Los principios generales de la APA son:

  • Beneficencia y no maleficencia: propone que los psicólogos y psicólogas deben velar por el bienestar y los derechos de aquellas personas con quienes interactúan profesionalmente, así como prevenir los daños personales, financieros, sociales, organizacionales o políticos, que pudieran resultar de su intervención.
  • Fidelidad y responsabilidad: plantea que los y las profesionales deben ser conscientes de la responsabilidad que tienen, tanto con las personas que se involucran profesionalmente, como con la sociedad. Esto implica que deben procurar el ejercicio ético de la psicología, de forma tal que su práctica siempre sirva a los intereses de aquellas personas que necesitan y solicitan ayuda.
  • Integridad: conlleva que los psicólogos y psicólogas promuevan la precisión, la honestidad y la veracidad en la ciencia, la enseñanza y la práctica de la psicología. Lo que significa evitar el engaño, la manipulación de datos o el abuso a la confianza que se ha depositado en ellos y ellas. Además, implica ser completamente transparentes en la exposición de sus objetivos clínicos, laborales o de investigación.
  • Justicia: significa reconocer y promover el derecho de todas las personas a acceder y beneficiarse de las contribuciones de la psicología; identificando y combatiendo los sesgos potenciales en su práctica.
  • Respeto por los derechos y dignidad de las personas: implica reconocer el valor de todas aquellas personas con los que se interactúa profesionalmente, protegiendo de manera activa sus derechos de privacidad, confidencialidad y autodeterminación.

(American Psychological Association, 2017).

Algunos dilemas éticos en psicología

El estudio de los dilemas éticos existentes en la práctica profesional de la psicología llevado a cabo por la bioética, ha mostrado las diferentes complejidades morales que han enfrentado los y las profesionales de la salud mental, así como los excesos que se han cometido a lo largo de la historia, en nombre de la ciencia.

Muchos psicólogos y psicoterapeutas ejercieron por largo tiempo como portadores de la verdad y el conocimiento, declarándose como los únicos que saben lo que es correcto y beneficioso para los y las pacientes; ignorando en el proceso los deseos de estos (Albert, et.al 2007). Dicha postura paternalista, que aún sobrevive, ha dado lugar a que los y las profesionales actúen en muchos casos sin el pleno consentimiento de sus consultantes; o bien, a que oculten o disfracen información bajo el pretexto de que no están capacitados para procesarla.

De igual forma, preconcepciones sobre lo moralmente correcto según una determinada cultura, han llevado a prejuzgar las ideas o costumbres de personas de orígenes, creencias o historias distintas.

Por otro lado, el engañar u omitir información a los participantes de un estudio son prácticas muy comunes en el terreno de la investigación. Generalmente, dichos métodos se justifican por el beneficio potencial de los resultados (Ocampo, 2013). En esta misma área, bien podrían añadirse los controversiales protocolos que se siguen en la experimentación sobre animales.

Asimismo, es oportuno destacar la paradójica situación en que se encuentran los principios éticos identificados por la bioética, ya que a pesar de exigir su cumplimiento de manera conjunta (França-Tarragó, 2012), en muchas ocasiones pueden contraponerse, colocando al profesional en un problema difícil de resolver. Pensemos, por ejemplo, el evaluar los beneficios del tratamiento administrado a una persona que sufre una adicción, pero que no desea ser tratada.

Una nueva bioética para una psicología actual

Ante estas situaciones y otras similares, es posible observar que el replanteamiento de valores que se ha formulado en distintas sociedades modernas en los últimos años, exige que la psicología adopte una nueva postura en términos de bioética.

La obligación de hacer el bien será siempre un principio nuclear en el código ético del psicólogo y psicóloga. No obstante, cada vez somos más conscientes de la importancia que la autonomía, un trato justo y el respeto hacia las diferencias, tiene en cualquier tipo de interacción humana. Antes de buscar beneficios, es importante cuestionarnos bajo qué perspectiva se juzgan dichas bondades. Solo cuando el o la profesional de la psicología escuche realmente a quienes demandan su servicio, respetando su opinión, deseos y postura; será posible evaluar el provecho, el daño, o incluso la pertinencia de su intervención.

Al final, son el respeto por los derechos, la dignidad y la opinión de los demás, lo que permitirá que la práctica profesional del psicólogo y psicóloga se transforme y evolucione junto con nuestra realidad social; desarrollando un modelo bioético que se adapte a las nuevas necesidades y demandas de las mujeres y hombres de la actualidad.

Referencias:

  • Albert, L., Chamarro, A., Juan, E., Lladó, N., Romero, J., Sánchez, A., Valiente, L., Ventura, S. (2007) Ética del Psicólogo. Barcelona, España. Editorial UOC.
  • American Psychological Association (2017) Ethical Principles of Psychologists and Code of Conduct. Apa.org. Recuperado de: apa.org
  • Audi, R. (2004) Diccionario Akal de Filosofía. Madrid, España. Ediciones Akal S. A.
  • Beauchamp, T., Childress, J. (1999) Principios de ética biomédica. Barcelona, España. Masson.
  • , O. (2012) Ética para psicólogos: introducción a la psicoética. Bilbao, España. Desclée de Brouwer. Recuperado de: bibliopsi.org
  • Ocampo, M. (2013) Bioética y psicología clínica: reflexiones. Anales Médicos, volumen (58), número (4), 253-259. Recuperado de: medigraphic.com
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.