Crítica a las fases o etapas del amor

La idea de que es posible dividir el amor en etapas ha sido objeto de crítica, debido a que subestima y simplifica las relaciones humanas.

Las relaciones amorosas son fenómenos humanos muy complejos, cuyo desarrollo involucra una gran cantidad de factores físicos, psicológicos, sociales y circunstanciales. Debido a ello, muchos investigadores se han dado a la tarea de dividir esta clase de interacción en diferentes fases, con el fin de facilitar su estudio y comprensión. No obstante, estas teorías sobre las etapas del amor han sido objeto de crítica por distintos profesionales en psicología, ya que muchos de sus planteamientos se encuentran construidos sobre generalizaciones y omisiones importantes que restan solidez a sus propuestas.

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A continuación, se discutirán algunas de las objeciones más importantes en contra de esta postura tan popular.

Crítica a la pluralidad de teorías sobre las etapas del amor

Una crítica importante a la teoría de las etapas del amor, es el hecho de que no existe un acuerdo claro en cuáles son específicamente dichas fases. La propia noción de “amor” es objeto de discusión entre profesionales y expertos en la materia; ya que, para algunos, esta dimensión es un constructo enteramente biológico, mientras que, para otros autores, esta se integra además de componentes sociales y culturales (Maureira, 2011). En este sentido, existen distintos modelos que destacan diferentes fases del amor de acuerdo a su entendimiento sobre el mismo. Enseguida se comentarán algunos de estos enfoques.

Teorías del amor y sus etapas

  • Biológica: esta orientación considera que el amor es el producto de descargas neuronales y hormonales, así como de intercambios bioquímicos que dan lugar a los signos del enamoramiento. Así, las fases del amor serían:
    • Deseo: el cual surge como atracción física, depende de la percepción y se encuentra determinado por hormonas y feromonas.
    • Atracción: asociada a los signos típicos del enamoramiento y determinada por las monoaminas que afectan al cerebro.
    • Apego: caracterizado por un sentimiento de estabilidad con la persona amada, y dictado por un incremento en oxitocina, vasopresina y endorfina.
  • Gradación hacia la enfermedad: esto es, de lo “normal” a lo patológico. Estas fases son:
    • Relación romántica: asociada a las normas sociales y culturales.
    • Enamoramiento: caracterizado por un deseo sexual intenso y la tendencia a la fantasía.
    • Amor enfermizo: estadío obsesivo, manifestado a partir de una urgencia ansiosa por mantener el vínculo con la persona amada, y el deseo de morir cuando se percibe el rechazo.
    • Persecución: implica buscar la atención del objeto de nuestro deseo por cualquier medio, aún en perjuicio de su privacidad o integridad física.
  • Perspectiva evolutiva: describe el ciclo vital de la pareja:
    • Enamoramiento: estado fundamentalmente positivo que combina alegría con deseo, excitación y una sensación de bienestar. Suele presentarse al comienzo de una relación.
    • Amor propiamente dicho: etapa de plenitud y madurez en una relación de pareja, donde ésta se consolida y se hace compatible con las exigencias de la sociedad.
    • Desamor: se presenta cuando el amor evoluciona negativamente. Si se instaura de forma definitiva da lugar a la separación.
    • Litigio: observado cuando la pareja es incapaz de reformularse en post-conyugalidad tras una separación. Se caracteriza por la confrontación.

(Linares, 2010; Mazadiego, Norberto, 2011; Hernández, et.al 2015).

Crítica a la generalización del amor al dividirlo en etapas

Una crítica que se destaca sobre otras objeciones dirigidas hacia las teorías de las etapas del amor, es la forma en que estas posturas conceptualizan las relaciones amorosas como fenómenos que se expresarían de forma similar en distintos individuos. Esta cuestión contradice la complejidad observada en estos fenómenos por diversos estudios y la propia observación clínica.

En este sentido, es importante mencionar que la experiencia del amor se encuentra determinada por una gran cantidad de factores biológicos, circunstanciales, sociales, culturales y económicos (Barrios, Pinto, 2008). Por lo tanto, cada relación amorosa es única y se desarrolla de acuerdo a las variables que la determinan, sin seguir un patrón invariable y común a los demás.

Ahora bien, es cierto que algunos autores han encontrado modelos preconcebidos que guían el desarrollo de las historias amorosas. Sin embargo, dichos esquemas siempre se encuentran influenciados por la cultura, los procesos individuales de aprendizaje, o incluso por manifestaciones como la literatura y el cine (Sternberg, citado por Almeida, 2013). De esta forma, aun cuando el amor se ajuste a ciertos modelos, este evoluciona de acuerdo a la realidad específica de aquellos que lo experimentan.

Crítica al uso de las etapas del amor como una realidad comprobada

Como ya se ha mencionado, la división de una relación amorosa en distintas fases nos da la oportunidad de entender esta compleja dimensión en términos simples y manipulables. No obstante, es necesario tomar en cuenta que en el momento en el que las etapas del amor se adhieren a un principio de generalización, muchos factores individuales involucrados en este tipo de interacción son descartados en favor del manejo de información y la transmisión de conocimiento.

Desafortunadamente, existen estudios que parten de esta distinción provisional y relativamente arbitraria para explorar las relaciones amorosas en virtud de una variable específica. Pensemos, por ejemplo, en una investigación que pretenda analizar el ciclo vital de la pareja en un grupo de adolescentes. En este caso, este tipo de trabajos dan por hecho las etapas del amor como un cuerpo de conocimiento comprobado, y no solo como una herramienta de divulgación científica.

Crítica a la evidencia científica que respalda las etapas del amor

Finalmente, es importante destacar una crítica realizada a la forma en que las etapas del amor son integradas por sus autores.

Aunque muchos de ellos han realizado una extensa investigación en torno a las relaciones amorosas; las fases que describen sus teorías suelen ser el resultado sólo de la observación clínica y no de un estudio formal (Almeida, 2013). Esta situación explicaría el hecho de que existan tantas clasificaciones distintas.

Por otro lado, también es común que las fases del enamoramiento sean un producto agregado de desarrollos teóricos más elaborados (Yela, 1997). De esta forma, las etapas del amor son articuladas como un recurso que permite la explicación de resultados concretos en el ámbito de las relaciones humanas; los cuales, no necesariamente justifican de manera directa este tipo de división.  

Al final, es posible afirmar que las etapas del amor son más un recurso explicativo que una noción científica comprobada. Desafortunadamente, muchas personas suelen tomar este tipo de planteamientos como posturas respaldadas por la evidencia, sin profundizar en su origen o intensión verdadera. En este sentido, es importante que los profesionales de la salud mental pongan a prueba este tipo de propuestas personales antes de exponerlas de forma pública. Solo a partir de esta clase de acciones, será posible construir una teoría del amor basada en la ciencia y no solo en un conjunto de opiniones profesionales sin coordinación.

Referencias

  • Almeida, A. (2013). Las ideas del amor de R.J. Sternberg: la teoría triangular y la teoría narrativa del amor. Familia, volumen (46), pp. 57-86. summa.upsa.es
  • Barrios, A., Pinto, B. (2008). El concepto de amor en la pareja. Ajayu, volumen (6), número (2). scielo.org.bo
  • Hernández, A., Islas, N., Medina, M., Melo, I., Gómez, K., Hernández, C. (2015). Química del amor. Repositorio de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. repository.uaeh.edu.mx
  • Linares, J. (2010). Paseo por el Amor y el Odio: La conyugalidad desde una perspectiva evolutiva. Revista Argentina de Clínica Psicológica, volumen (19), número (1), pp. 75-81. redalyc.org
  • Maureira, F. (2011). Los cuatro componentes de la relación de pareja. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, volumen (14), número (1). researchgate.net
  • Mazadiego, T., Norberto, J. (2011). El amor medido por la Escala Triangular de Sternberg. Psicolatina, volumen (22), pp. 1-10. cloudfront.net
  • Yela, C. (1997). Curso temporal de los componentes básicos del amor a lo largo de la relación de pareja. Psicothema, volumen (9), número (1), pp. 1-15. psicothema.com/pdf/70.pdf
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.