Mindfulness: aplicaciones terapéuticas y críticas

El mindfulness se ha posicionado como una de las prácticas de meditación con mayor popularidad, no exenta de críticas sobre su encaje terapéutico.

El mindfulness es un concepto cada vez más presente en la cultura occidental. En las décadas de los 70 y 80 se le asociaba, casi de manera exclusiva, con las creencias y filosofías orientales de donde proviene la práctica. Tras ser adoptado, simplificado y capitalizado por las sociedades norteamericanas y europeas se volvió un hito de la moda al que se atribuían innumerables bondades en términos de salud y bienestar mental. Este hecho despertó el escepticismo y las críticas de la comunidad científica, que, desde hace más de 20 años, ha sometido a las prácticas relacionadas con el mindfulness a numerosos y rigurosos estudios científicos. Más allá de las críticas y para sorpresa de muchos, resultó que las técnicas de relajación basadas en Mindfulness han tenido cierto éxito como herramienta terapéutica en el tratamiento de distintos padecimientos físicos y psicológicos específicos (Creswell, 2017).

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Actualmente, el término mindfulness es empleado por especialistas y aficionados de manera indiscriminada; constituyendo un ámbito de estudio científico riguroso, a la vez que es adoptado por pseudociencias y que presentan pseudoterapias basadas en mindfulness como la solución para todos los males.

La desinformación, la poca claridad en su descripción y la banalización de la práctica, hace obligatorio un análisis más cercano y concienzudo, en clave multidimensional.

¿Qué es el mindfulness?

El mindfulness es descrito como un ‘estado mental’. Es una forma particular de ‘poner atención’ concebida en las prácticas de meditación originarias de países orientales. También se le define como el proceso de traer la propia atención a la experiencia del presente, viviendo el momento y sin emitir juicios (Baer, 2003) (Harrington, Dunne, 2015).

La forma de lograr este estado es a través de la meditación. Práctica que es definida como un proceso de autoregulación intencional de la propia atención al momento que se vive (Baer, 2003). Los ejercicios de meditación tienen distintas variaciones en su diseño, dependiendo del objetivo que se pretenda alcanzar. Pueden dividirse en dos tipos:

  • Aquellos que animan al individuo a poner atención a experiencias internas del momento presente, como sensaciones corporales, pensamientos y emociones.
  • Y aquellos que requieren que el sujeto ponga atención a aspectos del ambiente como imágenes o sonidos.

No obstante, todas las técnicas están diseñadas bajo el principio de ‘aceptar sin juzgar’. Esto es, experimentar el momento junto con todas las percepciones, cogniciones, emociones y sensaciones que este conlleva, pero sin evaluar estos elementos como buenos, malos, verdaderos o falsos.

En los últimos años, acceder a un estado de mindfulness ha sido popularizado por distintos medios como una solución instantánea y accesible para la intervención ante diversos trastornos físicos y psicológicos. Sin embargo, los especialistas en el tema han descrito este proceso como un procedimiento educativo que requiere entrenamiento y práctica constante.

Mindfulness e intervención terapéutica

Actualmente, las técnicas de relajación orientadas al mindfulness se han integrado en distintos programas de intervención terapéutica. Esto, tanto en el terreno de la rehabilitación física como en el control de fenómenos de carácter psicológico. Muchos han sido los estudios que han explorado el impacto real que este tipo de disciplinas tienen en el tratamiento de padecimientos específicos, obteniendo buenos resultados (Creswell, 2017). Algunos de los padecimientos que se han visto beneficiados por la integración de la meditación en el proceso terapéutico son:

  • Tratamiento del dolor crónico.
  • Tratamiento del dolor durante procesos de rehabilitación física.
  • Control de adicciones.
  • Regulación de emociones durante el tratamiento de trastornos del estado de ánimo.
  • Control del estrés.

(Kober, 2020) (Malpass, 2019) (Mohammed, 2018) (Creswell, 2017) (Keng, 2011).

Las investigaciones que soportan estos resultados han utilizado desde la aplicación de estudios clínicos como tomografías y escaneos, hasta la creación de situaciones experimentales controladas. Metodologías que respaldan sus conclusiones.

Críticas del empleo de esta práctica en procedimientos terapéuticos

Una de las grandes críticas que recibe el mindfulness es la frivolización y comercialización de sus métodos. El uso creciente de la meditación como herramienta terapéutica ha ocasionado que esta práctica se popularice -de una manera distorsionada; tanto sobre el propio procedimiento, como sobre sus beneficios-. De esta forma, el mindfulness ha sido acogido con clamor por el público en general, y se ha convertido en un tópico adoptado por charlatanes y pseudoterapeutas, contribuyendo aún más a la desinformación.

Por otro lado, existen críticas dirigidas directamente al reconocimiento que el mindfulness ha obtenido por parte de la comunidad científica y a la práctica del mismo como técnica terapéutica. Entre las críticas más destacadas sobre el mindfulness se encuentran:

Críticas sobre la definición de mindfulness

Una de las mayores críticas es la falta de consenso sobre el objeto de estudio, pues no existe unanimidad en la definición del Mindfulness en las diversas investigaciones. Esto implica que, en algunos casos, se refieran exclusivamente al proceso mental de focalizar la atención, mientras que otros trabajos consideran cualidades como la curiosidad y la aceptación como parte de este fenómeno (Keng, 2011).

Críticas sobre la complejidad para demostrar los beneficios del mindfulness empíricamente

Aun cuando se le denomina como un ‘estado mental’ o un fenómeno psicológico, no es un constructo que pueda ser observado o cuantificado; por lo que otra de las grandes críticas que recibe el mindfulness es que sus beneficios solo se manifiestan a través de la percepción subjetiva o intrapsíquica de quien lo vive, y se le dimensiona a través de inventarios de auto-reporte (Keng, 2011).

Críticas sobre el uso del mindfulness como aspecto central de la intervención terapéutica

Existen distintos trabajos de investigación e intervención que han comprobado la utilidad de la meditación como una herramienta terapéutica en el tratamiento de diferentes padecimientos. Sin embargo, la última crítica más recurrente apunta a que cada vez más profesionales hacen de estas prácticas el eje central de su diseño de intervención, descuidando el enfoque terapéutico formal, o incluso omitiéndolo del todo.

Mindfulness y la salud mental

La destacada presencia del mindfulness en la sociedad actual plantea problemas importantes para el profesional de la salud mental. Por un lado, partimos de la premisa de que las técnicas de meditación han comprobado ser una herramienta útil en el tratamiento de padecimientos específicos, lo que las sitúa como un recurso valioso en la práctica terapéutica. Sin embargo, la falta de una definición clara y específica del mindfulness y la ausencia de una técnica psicométrica normalizada y aceptada que permita la evaluación de sus resultados de forma rigurosa, invita a intervenir con prudencia. Finalmente, el mindfulness recibe críticas acerca de su validez como metodología terapéutica, a consecuencia de la distorsión y exageración popular de sus beneficios, lo que genera falsas expectativas tanto en profesionales, como pacientes; que han sucumbido a los libros de autoayuda que prometen resultados milagrosos gracias al mindfulness.

Conclusión

En conclusión, no queda otro camino que continuar dedicando esfuerzos a la investigación científica de este fenómeno tan complejo y fascinante. Esto, sin desacreditar los beneficios que la meditación ha logrado demostrar de manera empírica, pero sin dejar tampoco que el deseo por encontrar un método terapéutico efectivo, sobredimensione las bondades de un procedimiento que apenas se comienza a conocer.

Referencias:

  • Baer, R. (2003) Mindfulness Training as a Clinical Intervention: A Conceptual and Empirical Review, American Psychology Association. Clinical Psychology: Science and Practice, volumen 10, número 2, DOI: 10.1093/clipsy/bpg015
  • Creswell, J. (2017) Mindfulness Interventions, Annual Review of Psychology, Recuperado de: doi.org
  • Harrington, A., & Dunne, J. (2015). When mindfulness is therapy: Ethical qualms, historical perspectives. American Psychologist, volumen, pp. 621–631. Recuperado de: doi.org
  • Keng, S., Smoski, M., Robins, C. (2011) Effects of Mindfulness on Psychological Health: A Review of Empirical Studies, Clin Psychol Rev, número 31, pp. 1041–1056, DOI:10.1016/j.cpr.2011.04.006.
  • Kober, H., Buhle, J., Weber, J., Ochsner, K., Wager, T. (2020) Let it be: Mindful-acceptance down-regulates pain and negative emotion. Social Cognitive and Affective Neuroscience, DOI: 10.1093/scan/nsz104
  • Malpass, A., Binnie, K., Robson L. (2019) Medical Students’ Experience of Mindfulness Training in the UK: Well-Being, Coping Reserve, and Professional Development. Education Research International, volumen 1, DOI: 10.1155/2019/4021729
  • Mohammed, W., Pappous, A., Sharma, D. (2018) Effect of Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR) in Increasing Pain Tolerance and Improving the Mental Health of Injured Athletes. Frontiers in Psychology, DOI: 10.3389/fpsyg.2018.00722
  • Polk, M., Smith, E., Zhang, L., Neupert, S. (2020) Thinking ahead and staying in the present: Implications for reactivity to daily stressors. Personality and Individual Differences número 161, DOI: 10.1016/j.paid.2020.109971
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.