Personalidad, temperamento y carácter: aspectos clave

La personalidad, el temperamento y el carácter son constructos teorizados con el objeto de hallar aspectos individuales relativamente estables en los sujetos.

El estudio de dimensiones como la personalidad, el temperamento y el carácter es una labor fundamental para el desarrollo de la psicología; que cuenta además con campos de estudio propios, como la psicología diferencial, la psicología de las diferencias individuales o la psicología de la personalidad. A través del estudio de estos constructos es posible obtener una noción aproximada de las motivaciones que llevan a una persona a actuar, pensar y sentir de una forma u otra, dentro de un contexto determinado. Además, este conocimiento permite profundizar en las características que distinguen a un individuo de los demás, definiéndolo como una entidad única.

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No existe un acuerdo sólido entre las diferentes teorías de la personalidad sobre el papel que tienen el temperamento y el carácter en el desarrollo de la misma; sin embargo, la mayoría de autores y autoras reconocen su influencia en cierta medida, como productos de la naturaleza y el ambiente respectivamente.

¿Qué es la personalidad?

La personalidad ha sido abordada desde un gran número de enfoques psicológicos; los cuales otorgan mayor importancia a factores biológicos, ambientales, hereditarios o cognitivos, en relación con sus propios fundamentos teóricos. No obstante, es posible conceptualizar esta dimensión como el conjunto de aspectos relativamente estables en los individuos que los distinguen y los hacen únicos, haciéndolos susceptibles de comparación con los demás (El Sahili, 2010).

En su estudio, las distintas cualidades de un individuo son clasificadas según distintos criterios:

  • Su organización en las diferentes etapas del desarrollo del ser humano.
  • En términos de su ajuste al medio.
  • A partir de las diferencias individuales.

Enfoques de corte integrador consideran que la personalidad se forma a partir del desarrollo de características de diferente género -ambientales, biológicas y sociales- que explican y modulan la conducta de los sujetos (Montaño, Palacios, Gantiva, 2009).

Relación entre personalidad, temperamento y carácter

Uno de las principales figuras que expuso la relación entre personalidad, temperamento y carácter, fue el psicólogo Gordon Allport. Para este autor, la personalidad implica la integración de todos los rasgos y características del individuo que determina una forma de comportarse (citado por Montaño, Palacios, Gantiva, 2009). A partir de esta noción, describe los conceptos de temperamento y carácter, como los factores que configuran la personalidad.

El temperamento según Allport

El temperamento se presenta, según Allport, a causa de factores genéticos o hereditarios. Es la parte natural e innata de la personalidad, y responde a los instintos desarrollados por el ser humano como producto de un proceso de adaptación al medio (Montaño, Palcios, Gantiva, 2009).

De acuerdo con esta postura, ciertas características y actitudes pueden ser heredadas de la familia, de igual forma que se hereda el tono de piel o la propensión a ciertas enfermedades. No obstante, la influencia genética estaría determinada incluso por respuestas primitivas propias de la especie, como los instintos de huida, defensa y reproducción. De esta forma, según esta formulación teórica, el temperamento determinaría ciertas características de cognición, comportamiento y emocionales (Seelbach, 2013).

El carácter para Allport

Por otro lado, el carácter depende en gran medida de la experiencia, y se encarga de controlar, modificar, corregir y regular la conducta de los individuos con el fin de responder satisfactoriamente a las exigencias del medio. Esta entidad es una combinación de sentimientos y valores que las personas adquieren a través de las distintas interacciones que sostienen con su entorno a lo largo de su vida. Además, el carácter difiere en cada individuo de acuerdo a la forma en que cada quien interpreta la realidad (Montaño, Palacios, Gantiva, 2009). Esquematizado de forma más simple: si, por ejemplo, las emociones son dimensiones innatas, la forma en que estas se expresan es distinta en cada individuo y forma parte de su carácter (Seelbach, 2013).

Teorías de la personalidad

Cómo ya se ha comentado, la personalidad ha sido estudiada por la psicología desde diferentes perspectivas, generando diferentes posturas en torno a su naturaleza y desarrollo. A continuación, se mencionan algunos de las principales teorías sobre la personalidad:

  • Psicodinámica: considera que la conducta es el resultado de tendencias psicológicas que operan dentro del individuo, las cuales suelen darse fuera de la consciencia.
  • Fenomenológica: piensa que el ser humano es responsable de sus propias acciones, logrando niveles superiores de funcionamiento conforme evoluciona en la vida.
  • De los rasgos: se centra en las características particulares de cada individuo, como el temperamento y los valores, los cuales le permiten girar en torno a una característica particular.
  • Conductual: Los conductismos parten de una postura intermedia dónde los sistemas heredados se van ajustando a las exigencias de la experiencia. Pavlov parte de que nacemos como una tabla en blanco y que es el ambiente el que determina la personalidad. Watson comprendió que la actitud científica exigía que se hiciese tabla rasa de todo cuanto es introspección y espiritualidad. Para el conductismo radical de Skinner, los comportamientos que caracterizan a un individuo y que lo diferencian de otro, son el resultado de las circunstancias o variables actuales que definen un comportamiento concreto; momento a momento, así como de su historia.
  • Cognitiva: considera que la conducta está determinada por cómo los individuos piensan y actúan frente a una situación; no obstante, toma en cuenta la influencia del ambiente y las expectativas de las personas.

(Montaño, Palacios, Gantiva, 2009).

Temperamento y carácter en una teoría integradora de la personalidad

En las últimas décadas, parte de la comunidad científica encargada del estudio de la conducta se ha dado a la tarea de generar un modelo de personalidad que logre englobar los avances y consideraciones de las distintas teorías; así como sobrepase los conceptos descriptivos de la estructura, permitiendo involucrase en los procesos; y que, además, incorpore la inteligencia como un factor, junto con el temperamento y el carácter (Montaño, Palacios, Gantiva, 2009). El resultado de este esfuerzo es la ‘Teoría de los cinco grandes rasgos de la personalidad‘, la cual considera cinco factores:

  • Extraversión (opuesto: Introversión)
  • Neuroticismo (opuesto: Estabilidad emocional)
  • Apertura (opuesto: cerrarse a la experiencia)
  • Responsabilidad (opuesto: irresponsabilidad)
  • Amabilidad (opuesto: descortesía)

(El Sahili, 2010).

Dentro de la teoría integradora se encuentra el modelo de los ‘Siete factores de Cloninger‘; que propone cuatro dimensiones temperamentales y tres dimensiones caracterológicas.

Los factores temperamentales conformarían disposiciones innatas de respuesta a los estímulos externos persistentes y englobarían:

  • Búsqueda de novedad (activación conductual)
  • Evitación del daño (inhibición daño)
  • Dependencia de la recompensa (procesos de extinción y habituación de respuestas aprendidas)
  • Persistencia

Por otro lado, los factores caracterológicos reflejarían las diferencias individuales desarrollándose en interacciones no lineales entre el temperamento y la experiencia. Contemplan las siguientes:

  • Cooperación (empatía frente a hostilidad)
  • Autotrascendencia (originalidad e imaginación frente a control)
  • Autodirección (capacidad para mantener una conducta frente a la inseguridad de hacerlo)

(Montaño, Palacios, Gantiva, 2009).

Las nociones de personalidad, temperamento y carácter en la investigación

Analizando la información anterior, es posible darse cuenta de que, considerar un modelo de personalidad que tome en cuenta las dimensiones de temperamento y carácter, como factores integrales de dicha entidad, permite desarrollar una noción global del individuo. Esa noción lo define no solo como el resultado de la biología o el producto de sus experiencias, sino como la suma de distintos procesos biológicos, ambientales y sociales. El desarrollo de investigaciones a través de esta postura implica el estudio de la personalidad de manera directa en las personas que se analizan, y no a partir de un modelo ideológico rígido o limitado. Esto, podría brindar a su vez, la oportunidad de comprobar o refutar viejas nociones a cierta distancia, logrando con ello, fortalecer la posición del estudio de la personalidad como una disciplina científica.

Referencias:

  • El Sahili, L. (2010) Psicología Clínica. Guanajuato, México, Universidad de Guanajuato. Recuperado de: es.scribd.com
  • Montaño, M., Palacios J., Gantiva, C. (2009) Teorías de la personalidad. Un análisis histórico del concepto y su medición. Psychologia. Avances de la disciplina, volumen (3), número (2), pp. 81-107. Recuperado de: www.redalyc.org
  • Seelbach, G. (2013) Teorías de la Personalidad. Red Tercer Milenio. [Documento PDF] Recuperado de: 190.57.147.202:90
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.