Etología, qué es y cuál es su objeto de estudio

La etología es la ciencia que estudia el comportamiento animal, tanto en interacción con su medio natural -principalmente-, como en laboratorio.

La etología es una rama de la ciencia que surge con el propósito de comprender a profundidad la interacción de los seres vivos con su medio. Para ello, estudia la variedad de comportamientos que un sujeto de una determinada especie puede manifestar ante una situación concreta. Tanto la biología, la neurología, como la psicología experimental han manifestado un enorme interés por estas conductas; no obstante, la naturaleza descriptiva de la metodología empleada por la etología, así como la amplitud de sus conceptos, brindan a esta ciencia un entendimiento muy particular de los organismos que habitan este planeta y la relación que sostienen con su entorno. Todo ello, en términos objetivos, específicos y sistematizados. 

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¿Qué es la etología?

En términos generales, es posible decir que la etología es el estudio biológico del comportamiento (Perinat, 1980). Para algunos autores, esta disciplina es una rama de la biología, mientras que otros la consideran ligada a otras áreas como la psicología. Este hecho se debe a que la etología es una ciencia en constante evolución y crecimiento, cuyos resultados y principios se nutren de estudios provenientes de diferentes campos del conocimiento como la neurofisiología, la psicología experimental, la ecología o la genética (Carranza, 2010). Como muchas de estas disciplinas, la etología está interesada en indagar las causas del comportamiento de los seres vivos; sin embargo, sus métodos se distinguen por basarse generalmente en la observación directa y brindar descripciones detalladas de las pautas estudiadas.

Distinciones conceptuales en la etología

Los principios y metodología de la etología se caracterizan por partir de un marco conceptual muy particular que distingue a esta ciencia de otras disciplinas. En este sentido, es necesario destacar dos dimensiones conceptuales en especial: las nociones de comportamiento y motivación.

Para la etología, el comportamiento es el modo en que los seres vivos resuelven los conflictos que enfrentan a lo largo de sus vidas.  Este estaría basado en la toma de decisiones; no obstante, y a diferencia de lo considerado en la conducta por áreas como la psicología, no implicaría de manera necesaria un proceso consciente.

Para esta disciplina, el comportamiento incluye fenómenos como la elección de pareja reproductiva, el crecimiento, o el desarrollo de estrategias de defensa. Cada uno de ellos implicaría un proceso fisiológico involucrado en la decisión y un objetivo adaptativo en virtud del cual la selección natural diseñó un modo de resolver un problema (Carranza, 2010).

Por su parte, la motivación es definida por la etología como la totalidad de mecanismos internos y externos que llevan a un ser vivo a realizar una actividad concreta. Esto es, qué procesos fisiológicos y cognitivos originan un comportamiento, y como éstos son influidos por los estímulos del medio, así como la forma en que la conducta beneficia al organismo viviente (Carranza, 2010).

¿Qué es lo que estudia la etología? El modelo de Tinbergen

En la actualidad, la etología es una ciencia que se sirve de muy diversos enfoques y medios para obtener sus objetivos (Carranza, 2010). No obstante, por muchos años la mayoría de las corrientes dentro de esta disciplina han basado su estudio en el modelo de las cuatro cuestiones sobre el comportamiento. Teoría desarrollada por el zoólogo y Premio Nobel de medicina Nikolaas Tinbergen.

Para este autor, existen cuatro preguntas fundamentales que la etología trata de responder sobre el comportamiento de los seres vivos. La exploración de cada una de estas cuestiones brinda respuestas diferentes entre sí. Sin embargo, todas son ciertas e igualmente necesarias para la comprensión global del fenómeno.  Estas son:

  • Causación: referente a los mecanismos fisiológicos que hacen posible una conducta.
  • Ontogenia: en relación al desarrollo individual de un organismo.
  • Aspecto evolutivo: en torno a las relaciones filogenéticas de un ser vivo con su especie.
  • Valor de sobrevivencia o adaptativo: en relación a la función de una determinada estrategia de comportamiento y a los factores que la favorecen por sobre otras.

(Tinbergen, 1963).

Murciélagos agresivos: ejemplo del abordaje etológico

Tomemos como ejemplo al Nyctinomops laticaudatus o murciélago de labios arrugados, una especie de quiróptero que habita en zomas tropicales de Centroamérica y Sudamérica. Los machos de este tipo de animal suelen mostrar conductas agresivas hacia otros machos que residen en un mismo sitio de percha.

Para explicar esta conducta, la etiología podría responder en relación con las causas o mecanismos que posibilitan la conducta, esto es, estudiar las estructuras fisiológicas que les permiten pelear o a las variaciones es los niveles hormonales que pudieran disparar el comportamiento agresivo.

Por otro lado, se exploraría el aspecto ontogenético del fenómeno. Esto es, el periodo en la vida de los individuos en el que la actividad agonística comienza a manifestarse y si este está relacionado con un momento especial del año, como la temporada de apareamiento.

También se podría estudiar el carácter filogenético o evolutivo de este patrón conductual. Para ello, se relaciona la conducta observada en los organismos estudiados con la de sus antepasados en la historia evolutiva y con especies con las que comparten un origen común.

Finalmente, la etología también se interesa en el valor adaptativo de dicho comportamiento agresivo. Para ello, se preguntaría por qué la selección natural favorecería este patrón sobre otro. Por ejemplo, se exploraría si la agresividad hace más atrayentes a los machos a los ojos de las hembras, o si los machos más dóciles pierden oportunidades de aparearse frente a los dominantes.

Al responder una cuestión desde estas cuatro perspectivas se integra una respuesta que permite analizar el fenómeno del comportamiento desde distintos enfoques.

¿La etología estudia las plantas?

Para muchos investigadores e investigadoras, se sobreentiende que el comportamiento que estudia la etología es el comportamiento animal; incluido el ser humano (Perinat, 1980). No obstante, existen algunos autores que amplían el objeto de estudio de esta disciplina a los patrones comportamentales manifestados por cualquier ser vivo, considerando también a las plantas. La justificación de ello, radica en la apertura de la base conceptual de la etología. Esta considera que un comportamiento es una estrategia que permite a un organismo enfrentar un conflicto. Definición que puede ser cumplida por diversos repertorios manifestados por las plantas durante sus procesos de nutrición, reproducción y crecimiento (Carranza, 2010).

Esta no es una cuestión fácil de resolver, ya que el crecimiento de la etología como disciplina científica se ve ampliamente favorecido por la ausencia de límites concretos en su definición. Sin embargo, esta misma imprecisión puede dar lugar a distintos debates sobre lo que debe ser considerado como parte del dominio de esta materia.

Por otro lado, es necesario reconocer que la aplicación de los métodos, técnicas y estrategias propias de la etología, han demostrado ser efectivas en el estudio de la vida vegetal (Carranza, 2010). Debido a esto se han conseguido resultados de un gran valor científico, independientemente de como se denomine a este conocimiento.

¿Cuál es el método que utiliza la etología?

Existen dos formas de explorar los mecanismos del comportamiento. Por un lado, es posible abrir el organismo y estudiar las partes que lo componen para así determinar qué estructuras corresponden a cada patrón observado. O bien, se estudia sistemáticamente la conducta de un sujeto con relación a los estímulos del medio en que esta se presenta, con el fin de inferir sus causas internas.

En términos generales, la etología adoptaría la segunda postura, también conocida como enfoque de la caja negra. En ella, se elaboran los principios teóricos a partir de observar directamente la relación de los organismos con su medio, para después formular conjeturas e hipótesis (Carranza, 2010).

Aun así, la etología requiere complementarse con la información obtenida por el primer enfoque. Comúnmente representado por la fisiología y la neurología. En la actualidad, las nuevas tecnologías de investigación han dado lugar a una disciplina llamada neuroetología, la cual intenta combinar ambas corrientes para brindar una respuesta integrada sobre el comportamiento.

El ser humano como objeto de estudio de la etología

Como ya se ha especificado, la etología se interesa por el comportamiento de los seres vivos; y esto incluye, por supuesto, al ser humano.

A la aplicación de los principios y métodos de la etología en el estudio de las personas se le denomina etología humana. Los trabajos en dicha subdisciplina han logrado importantes avances en la comprensión de distintos fenómenos relacionados con la vida cotidiana de mujeres y hombres. Entre ellos, se destacan comparaciones en torno a la fase del desarrollo humano y el de otras especies animales; así como estudios sobre dimensiones como el comportamiento de apego o el juego (Perinata, 1980; Valencia, González, 2008).

Por otro lado, la etología también estudia la forma en que su comportamiento es influido por otros animales y viceversa (Chambers, et.al 2020). De esta manera, valiéndose de la ayuda de otras disciplinas como la psicología experimental y la ecología, esta disciplina también ha logrado constituirse en una herramienta para dar cuenta del impacto que la raza humana como especie tiene sobre los demás organismos del planeta (Muller, Cuthill, Harris, 2019).

¿Para qué nos es útil la etología?

La etología es una invaluable fuente de conocimiento que nos permite entender a los seres vivos que nos rodean a partir de información precisa y objetiva. A partir de este saber, es posible comprender aquellos procesos que constituyen y rigen el complejo proceso al que denominamos vida.

Además, nos permite comprender al ser humano, tanto a partir de su relación biológica con los demás organismos del mundo, como de su interacción con el ambiente. Esta postura nos brinda la oportunidad de estudiar a nuestra especie como una variable más dentro del complejo medio que es nuestro planeta; lo que, a su vez, nos faculta para entender la naturaleza de nuestro vínculo con los demás organismos del mundo y el impacto que nuestras acciones tienen en todo el sistema del que somos parte.

Referencias:

  • Carranza, J. [Ed.] (2010) Etología: Introducción a la Ciencia del Comportamiento. Cáceres, España. Universidad de Extremadura. Recuperado de: dehesa.unex.es
  • Chambers, J., Quinlan, M., Evans, A., Quinlan, R. (2020) Dog-Human Coevolution: Cross-Cultural Analysis of Multiple Hypotheses. Journal of Ethnobiology, volumen (40), número (4). DOI: 10.2993/0278-0771-40.4.414
  • Muller, Z., Cuthill, I., Harris, S. (2019) Giraffe (Giraffa camelopardalis) social networks in areas of contrasting human activity and lion density. Ethology, DOI: 10.1111/eth.12923
  • Perinat, A. (1980) Contribuciones de la etología al estudio del desarrollo humano y socialización (Conferencia). El Basilisco, número (11). Recuperado de: fgbueno.es
  • Tinbergen, N. (1963) On aims and methods of ethology. Zeitschrift für Tierpsychologie, número (20), pp. 410-433. Recuperado de: esf.edu
  • Valencia, M., González, W. (2008) Etología del apego y del reconocimiento en el ser humano. El Hombre y la Máquina, número (31), pp. 40-51. Recuperado de: redalyc.org
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.