Falacias lógicas formales e informales, tipos y ejemplos

Las falacias lógicas constituyen patrones de razonamiento errático, a priori bien fundamentados e incluso persuasivos, pero incorrectos.

Por lo general, nuestras ideas, creencias y opiniones suelen estar sustentadas por algún tipo de argumento lógico o razonamiento que confiera cierto sentido; por lo menos, frente ante nosotras o nosotros mismos. No obstante, estos planteamientos pueden tener fallas en su forma o en su contenido, llevándonos a una conclusión equivocada. A estos razonamientos erróneos se les conoce como falacias lógicas.

La comprensión de este tipo de argumentos errados es muy importante, ya que se encuentran detrás de muchos fenómenos de la vida cotidiana; distorsionando la relación que mantenemos con la realidad objetiva y la razón.

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¿Qué son las falacias lógicas?

Las falacias lógicas son más que argumentos incorrectos. Estas describen un patrón de razonamiento errado típico que puede ser identificado cuando se le analiza (Groarke, 2020). Además, estas falacias son psicológicamente persuasivas, ya que muestran la apariencia de estar bien construidas y fundamentadas (Copi, Cohen, 2013). Algunos teóricos las han definido como violaciones a las reglas de la discusión crítica (Groarke, 2020).

Las falacias lógicas han sido estudiadas por un gran número de filósofos y científicos a lo largo de la historia; siendo llamadas y clasificadas de muchas formas, según los intereses de cada autor (Hamblin, 1970). No obstante, es posible dividirlas, para su estudio, en formales e informales.

  • Formales: las falacias lógicas de este tipo son aquellas que tienen errores en su forma, esto es, que violan alguna de las estructuras deductivamente válidas (Copi, Cohen, 2013). En otras palabras, son fallos en las premisas o conclusiones de un argumento en el momento de ajustarse a las reglas de la lógica (Audi, 2004).
  • Informales: Las falacias informales son aquellas que no cometen errores en su forma, sino en su contenido; es decir, en la información expuesta en sus premisas, para producir una conclusión determinada (Copi, Cohen, 2013). Se presentan como fallas en el razonamiento empleadas para convencer a los demás de la corrección de los propios argumentos, aun cuando estos son falsos (Audi, 2004).

Tipos de falacias lógicas formales

Existen distintos tipos de argumentos que muestran fallas en su forma. Estas pueden ser divididas, a su vez, en falacias de la lógica sentencial o proposicional, falacias de la lógica silogística y falacias de la lógica de los predicados.

Falacias de la lógica proposicional

  • Afirmación de consecuente: Si en una situación A lleva a B, se concluye que B llevaría a A. Por ejemplo: Cada vez que haces algo malo, me traes flores. Hoy me trajiste rosas, así que, dime qué hiciste.
  • Negación del antecedente: Si en una situación A lleva a B, se concluye que sin A no hay B. Por ejemplo: Cada vez que utilizo mi lápiz de la suerte, apruebo el examen. Hoy no traje mi lápiz, así que suspenderé.
  • Mutación de condicionales: A lleva a B como B lleva a A. Por ejemplo: Si todos los que están de acuerdo vinieron a la junta, todos los que están en la junta deben estar de acuerdo.
  • Trasposición impropia: Si A lleva a B, se concluye que sin A no hay B. Por ejemplo: Cada vez que la visita su novia está de buen humor; está semana su novia no vino, así que no estará contenta.
  • Silogismo disyuntivo impropio: O se presenta A o se presenta B. Se presenta A, por lo que se concluye que no se presenta B. Por ejemplo: Cuando era joven, Adriana quería tener éxito como profesora o tener una familia. Ayer vi a Adriana con sus hijos, por lo que debió haber abandonado la docencia. 

(Audi, 2004).

Falacias de la lógica silogística

  • Término medio no distribuido: En ella, el término medio no es distribuido en ninguna de las premisas, por lo que realmente no se dice nada de todos los de la clase que designa. Por ejemplo: Algunos reptiles son serpientes. Algunas serpientes son venenosas. Por lo tanto, algunos reptiles son venenosos.
  • Término mayor no distribuido o mayor ilícita: el término mayor se encuentra en la conclusión, pero no en la premisa mayor. Por ejemplo: Todos los peces viven en el mar. Los delfines no son peces. Por lo tanto, los delfines no viven en el mar.
  • Término menor no distribuido o menor ilícita: el término menor está expuesto en la conclusión, pero no en la premisa menor. Por ejemplo: Todos los seres humanos son mamíferos. Todos los seres humanos son vertebrados. Por lo tanto, todos los vertebrados son mamíferos.
  • Premisas exclusivas: el silogismo tiene dos premisas negativas. Por ejemplo: Ningún gato es herbívoro. Algunos herbívoros no son animales domésticos. Por lo tanto, algunos animales domésticos no son gatos.
  • Negativa afirmativa ilícita: El silogismo tiene una premisa negativa pero no una conclusión negativa; o viceversa. Por ejemplo: Todos los mosquitos son insectos. Todos los insectos son seres vivos. Por lo tanto, algunos seres vivos no son mosquitos.
  • Falacia del importe existencial: El silogismo tiene dos premisas universales, pero una conclusión particular. Por ejemplo: Todos los caballos son creaturas reales. Ningún unicornio es una creatura real. Por lo tanto, ningún unicornio es un caballo.

(Audi, 2004).

Falacias de la lógica de predicados

  • Trueque ilícito de cuantificadores: consiste en inferir a partir de una proposición existencial cuantificada universalmente, una proposición universal cuantificada existencialmente. Por ejemplo: Todas las personas cometerán errores alguna vez en su vida, por lo tanto, habrá una vez que todas las personas se equivoquen.
  • Contraste no garantizado: consiste en inferir del hecho de que algunos A son B, que algunos A no son B; o bien, del hecho de que algunos A no son B, que algunos A son B. Por ejemplo: El que un profesor asuma que, al haber identificado a dos de sus alumnos como culpables de una broma, los demás son inocentes; ya que también pueden estar implicados.
  • Situación ilícita de idénticos: consiste en reemplazar un nombre por otro que representa lo mismo, en un contexto en el que tal substitución en realidad cambia el sentido de la afirmación. Por ejemplo: Edipo quiere casarse con Yocasta. Yocasta es la madre de Edipo. Por lo tanto, Edipo quiere casarse con su madre. En este ejemplo, la falacia se presenta al no quedar claro si Edipo sabe o no si Yocasta es su madre; ya que esta situación cambia el sentido del argumento.

(Audi, 2004).

Tipos de falacias lógicas informales

Este tipo de falacias lógicas no son errores localizados en los enunciados de un argumento, sino que implican un uso inadecuado del mismo (Audi, 2004). Entre las más destacadas se encuentran las siguientes:

Falacias lógicas basadas en elementos externos al argumento

  • Argumentum ad populum: apela a la opinión y el sentir popular para lograr una conclusión, en lugar de al valor del propio argumento. Por ejemplo: Un político que argumenta que los inmigrantes son una amenaza para el país, porque esa es la idea general de muchos habitantes -aunque no se fundamente en hechos o datos objetivables o aunque exista evidencia en contra-.
  • Argumentum ad misericordiam: Se sirve de apelar a la compasión y a la simpatía para apoyar una conclusión, y no del peso del razonamiento, Por ejemplo: Un alumno que pide una prórroga a su trabajo final, porque sus padres lo castigarán si suspende.
  • Argumentum ad hominem: se basa en realizar un ataque personal contra el oponente para refutar su argumento. Por ejemplo: Descalificar las ideas de un nuevo empleado solo porque es demasiado joven.
  • Argumentum consensus Gentium: recurre a la aceptación común de la humanidad para sostener una cierta conclusión. Por ejemplo: El argumentar que, ya que la creencia en algún Dios es algo casi universal, este debe existir en alguna forma.
  • Argumentum ad baculum: apela al miedo por las consecuencias o a la intimidación directa para sostener una conclusión: Por ejemplo: Aceptar que trabajar horas extras sin paga es la mejor opción, ya que quien no lo haga quedará despedido.
  • Argumento de autoridad: recurre a la opinión de una autoridad investida con algún poder para evadir la comprobación de los argumentos. Por ejemplo: Un niño que quiere convencer a su hermano pequeño de que debe compartir sus juguetes, porque así lo dice la madre de ambos.
  • Argumentum ad verecundiam: recurre a una opinión experta para intentar persuadir a los demás. Por ejemplo: Un atleta que quiere convencer a un compañero de tomar duchas frías después de entrenar, porque un popular fisioterapeuta dice que es beneficioso -aunque realmente no sabemos si su criterio es mayoritario o si está sustentado en la evidencia-. 

(Hamblin, 1970; Audi, 2004).

Falacias lógicas basadas en la distorsión de relaciones

  • Falacia de la composición: implica el atribuir al todo, las propiedades de una de sus partes. Por ejemplo: el decir que Brasil es un lugar muy peligroso, porque las favelas son conocidas por ser lugares inseguros.
  • Falacia de la causa falsa: consiste en sostener que, debido a que dos fenómenos se relacionan el uno con el otro, especialmente en el caso en que varían conjuntamente, uno ha de ser causa del otro. Por ejemplo: deducir del hecho de que una enfermedad cause síntomas como fiebre o inflamación, que uno de ellos causa el otro; cuando es posible que exista un tercer elemento que cause ambos, o estos se manifiesten de forma independiente.
  • Secundum quid: implica pasar de una regla general a un caso particular, o viceversa; sin tener en cuenta las excepciones legítimas. Por ejemplo: Si se considera de manera literal y rígida el principio de que todas las personas tienen derecho a la libertad, todos los delincuentes convictos deberían ser liberados.
  • Argumentum ad ignorantiam: establece que, si una proposición no se sabe o no ha sido demostrada, es falsa. Por ejemplo: decir que una persona es culpable de un delito por no poder demostrar sus acciones a la hora del crimen. Sin preocuparse por aportar evidencias de dicha culpabilidad.
  • Petitio principii o razonamiento circular: Un tipo de razonamiento falaz en el que la conclusión de un argumento ya está contenida en los supuestos al comienzo del argumento. Por ejemplo: Decir que el dios de los cristianos es el verdadero dios porque así lo dice la Biblia.

(Hamblin, 1970; Audi, 2004).

Falacias en la exposición de los argumentos

  • Ignoratio elenchi: se refiere fundamentalmente al fallo provocado por la incapacidad de atenerse estrictamente al problema que se discute. Ejemplo: Un abogado que presume la inocencia de su cliente, argumentando que este es un buen hijo. Asunto que no tienen nada que ver con el caso.
  • Falacia de las múltiples cuestiones: consiste en la táctica de reunir una serie de supuestos no garantizados en una única pregunta, de tal modo que una respuesta directa ofrecida por la persona a quien se pregunta le llevará a conceder todo lo que se ha supuesto. Ejemplo: Ante la pregunta ¿ya dejaste de beber? Sin importar si se responde si o no, se concede que se bebe.
  • Falacia de equivocidad: se trata de utilizar un término ambiguo varias veces en un argumento; de tal forma, que este pueda ser interpretado en algunas instancias de cierta manera, y de otra forma en otras. Ejemplo: La prensa debería informar sobre cualquier asunto de interés público. La vida de las celebridades es de interés público, por lo que debe ser presentada por la prensa.
  • Anfibología: es el uso de palabras con más de una interpretación. Aunque formalmente es considerado un vicio de dicción, puede ser utilizado como una falacia. Ejemplo: Una persona que argumenta tener el derecho de insultar a quien ella quiera, ya que solo ejerce su “derecho a expresarse”.
  • Argumento de la pendiente resbaladiza: consiste en afirmar que una acción o decisión será el primer paso para una serie de acontecimientos que será difícil detener. Ejemplo: Argumentar que, si no se fortalecen las políticas migratorias, la migración ilegal aumentará, crecerá el desempleo, la asistencia social se verá rebasada, se perderá la identidad cultural, y finalmente, desaparecerá el orden social tal y como se conoce.

(Audi, 2004; Matsumoto, 2009).

Falacias lógicas basadas en preconcepciones en el juicio

  • Falacia genética: consiste en concluir que algo es bueno o malo, a partir de la bondad o maldad de una propiedad relacionada con ese algo. Por ejemplo: Decidir, de repente, que todas las películas de Woody Allen son malas -y no solo algunas-, debido a las acusaciones que existen en su contra.
  • Falacia del jugador: consiste en suponer que, dada una secuencia de eventos independientes, la probabilidad de los resultados posteriores aumentará o disminuirá con el fin de compensar los resultados previos: Por ejemplo: Pensar que, si mis últimos dos negocios han ido mal, en el próximo me irá mejor porque: «no puede ser que tenga tan mala suerte” y «ya me toca ganar una».
  • Falacia ecológica: consiste en inferir que aquello que es verdad para un grupo en general, es verdad para todos sus miembros en particular. Por ejemplo: Asumir que todo hombre argentino será fanático del futbol.
  • Falacia naturalista: Es la suposición de que lo que ocurre en la naturaleza o es históricamente verdadero, es moralmente correcto o es inmutable. Por ejemplo: Declarar que la guerra es un estado natural de las sociedades humanas, ya que siempre han existido y a partir de ellas se han creado civilizaciones.
  • Falacia de la tipificación: es la tendencia de los seres humanos a clasificar a las personas o cosas en categorías cerradas o excluyentes. Por ejemplo: El categorizar a una persona con problemas emocionales, como depresiva, sin considerarla en su conjunto.

(Audi, 2004; Matsumoto, 2009).

¿Es útil enfocarse en las falacias lógicas?

En la actualidad, existe una gran cantidad de libros, textos y programas, incluso dentro del ámbito académico, que intentan enseñar a las personas a pensar de manera adecuada. Esto, a través del reconocimiento de las falacias lógicas que se encontrarían ocultas en distintos argumentos y posturas de la vida pública y privada. Esta tendencia se ha popularizado tanto, que en las redes sociales circula el llamado ‘decálogo de la lógica’, una publicación que intenta exponer algunos de estos errores del razonamiento en forma de mandamientos o máximas; lo que paradójicamente, intenta promover el pensamiento crítico.

Por otro lado, algunos autores han destacado que las falacias son herramientas imprecisas para comprender los argumentos; ya que centrarse en ellas implica concentrase en las deficiencias del razonamiento y no en la buena argumentación (Groarke, 2020).

Al final, es innegable que el conocimiento de las distintas falacias lógicas nos permite comprender las potenciales fallas que pueden existir, tanto en nuestro razonamiento, como en las diferentes posturas sociales, culturales, políticas e incluso científicas que nos rodean. Debido a esto, su estudio es un recurso clave para no ser engañados por nuestro propio pensamiento.

Referencias:

  • Audi, R. (2004) Diccionario Akal de Filosofía. Madrid, España. Ediciones Akal S. A. [Documento PDF].
  • Copi, I., Cohen, C. (2013) Introducción a la lógica. Ciudad de México, México. Limusa.
  • Groarke, L. (2020) Informal Logic. The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Spring 2020 Edition), Edward N. Zalta (ed.), Recueperado de plato.stanford.edu
  • Hamblin, C. (1970) Fallacies. Suffolk, Reino Unido. Methuend & Co. Recuperado de: fdocuments.in
  • Matsumoto, D. (Ed.). (2009) The Cambridge Dictionary of Psychology. Cambridge University Press.
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.