Embarazo y líbido o deseo sexual: verdades y mitos

La contraindicación de las relaciones sexuales o la supuesta pérdida del deseo sexual, son solo algunos de los mitos que circulan sobre la sexualidad en el embarazo.

Existen muchos mitos relacionados con supuestos cambios en el deseo sexual durante el embarazo. A continuación queremos profundizar en lo que dice la ciencia acerca de los cambios en el deseo de las personas gestantes.

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Mitos relacionados con los cambios en el deseo sexual durante el embarazo

Existen varios mitos entorno a los cambios que en el deseo sexual, que puede presentar una persona en estado de embarazo. Dentro de los mitos más conocidos se encuentra (Piñero et al., 2011):

  • Disminución de la libido
  • Disminución en la frecuencia de las relaciones sexuales
  • Incapacidad de alcanzar el orgasmo
  • Reducción de la satisfacción sexual
  • Pérdida del atractivo de la pareja
  • Posibilidad de dañar a la persona embarazada o al feto

Adicionalmente, cabe resaltar que estos mitos y expectativas distorsionadas pueden llegar a generar una alteración en el deseo sexual durante el embarazo. Los tabúes, la desinformación, y los prejuicios, han generado que se repliquen creencias erróneas tanto desde el ámbito científico como no científico, lo cual, repercute de forma negativa en el bienestar sexual de las personas gestantes (Panea, et al., 2019)

Cambios reales asociados con el embarazo, en relación con el deseo sexual

A nivel endocrino, metabólico y afectivo, el embarazo representa un punto crítico en la vida, tanto de la propia persona, como de sus parejas; caracterizado por su dinamismo y pudiendo prolongarse hasta 6 meses después del parto. Las investigaciones indican que (Piñero et al., 2011; Carta y González, 2016; Rodríguez-Rubio, Coll-Navarro, y Giménez-Gomez, 2017):

  • Si bien se puede generar una disminución en la libido, también es esperable un incremento en el apetito sexual.
  • Según varios estudios, los principales problemas asociados son dispareunia –dolor durante la penetración-, anorgasmia y disminución del deseo; sin embargo, estos se presentan entre solo entre un 10 y 15% de los casos.
  • Además, el deseo sexual fluctúa a lo largo de la gestación. Por lo general, se mantiene estable durante los dos primeros trimestres, disminuyendo paulatinamente en el último.
  • Las relaciones sexuales y la masturbación, pueden ayudar a disminuir el malestar asociado con el embarazo, en especial durante el último trimestre.
  • Asimismo, cerca de la mitad de los casos no presenta ningún cambio en el deseo sexual.
  • Algunos estudios indican que la capacidad de alcanzar el orgasmo podría disminuir paulatinamente a lo largo de la gestación, pero sin llegar a desaparecer.
  • Si bien puede que la percepción de la pareja no varíe, los cambios corporales asociados con la gestación, si pueden generar cambios en la autoimagen y autoestima.
  • Se incrementa la lubricación vaginal, lo que facilita y hace más placenteras las relaciones sexuales con o sin penetración.
  • Puede que algunas preferencias frente a las prácticas sexuales varíen.
  • Finalmente, es posible que durante el embarazo se presenten niveles elevados de fatiga, lo que puede afectar el deseo sexual, o a los momentos en los que se prefiere mantener relaciones sexuales.

La salud sexual y reproductiva

De acuerdo con la OMS, la salud sexual es una experiencia de bienestar físico, psicológico y sociocultural, relacionado con la sexualidad. En este sentido, la salud sexual de todas las personas, incluidas las mujeres embarazadas, debe estar libre de mitos en relación con la expresión y el deseo sexual, y se debe entender desde tres principios básicos (Carta y González, 2016; Rodríguez-Rubio, Coll-Navarro, y Giménez-Gomez, 2017; Panea, et al., 2019):

  • Aptitudes para disfrutar la actividad sexual
  • Ausencia de temores, ideas erróneas y mitos
  • Ausencia de trastornos orgánicos

Por lo tanto, en este sentido, si una mujer embarazada se ajusta a estos tres principios, puede disfrutar del deseo y la actividad sexual, lejos de mitos y creencias erróneas que puedan afectar su bienestar (Rodríguez-Rubio, Coll-Navarro, y Giménez-Gomez, 2017).

Adicionalmente, las propuestas mas recientes perciben la relación sexual como un proceso no lineal, en el cual, el deseo sexual es desencadenado, mantenido e impulsado por múltiples factores, como la intimidad, la satisfacción y las percepciones individuales (Rodríguez-Rubio, Coll-Navarro, y Giménez-Gomez, 2017).

La importancia de la salud sexual y las relaciones sexuales durante el embarazo

En la actualidad, la salud sexual, y en especial las relaciones sexuales, ya no se consideran como una actividad únicamente en pro de la reproducción; por el contrario, las relaciones sexuales saludables y satisfactorias proporcionan una función integradora que favorece la homeostasis –física, emocional y psicológica– de las personas, influyendo positivamente en su salud (Piñero et al., 2011).

Lamentablemente, la satisfacción sexual de las personas embarazadas ha estado ligada a creencias y publicaciones vagas –y con poco fundamento- que han distorsionado las consecuencias nocivas de las relaciones sexuales durante el embarazo. Tradicionalmente, era común incluso encontrar textos obstétricos en los que se prohibían las relaciones sexuales (Piñero et al., 2011).

Asimismo, las causas por las que se recomendaba no tener relaciones sexuales se relacionaba más con creencias infundadas sobre peligros de la penetración, los orgasmos, entre otros, que con evidencias científicas y datos fundados. En la actualidad, se recomienda ser cuidadosos frente a los efectos uterinos y cervicales que pueden tener las prostaglandinas seminales, y el riesgo de infecciones. Frente a esto último, el condón es una forma de prevención completamente efectiva (Piñero et al., 2011).

El orgasmo durante el embarazo

En el tercer trismestre del embarazo se puede observar un cambio significativo en los orgasmos. Mientras que en promedio, la duración de un orgasmo es de entre 10 y 15 segundos seguido de una relajación total; en el último trimestre del embarazo, especialmente en las ultimas cuatro semanas, en lugar de las contracciones uterinas normales, el músculo uterino se contrae de manera espástica y no se relaja rápidamente. Estas contracciones duran aproximadamente un minuto, y puede presentarse por alrededor de media hora después del climax. Durante estas contracciones, se evidencia un enlentecimiento en la frecuencia cardiaca del feto, que no parece mostrar signos de sufrimiento (Carta y González, 2016).

Conclusión

Se puede concluir que los cambios en el deseo sexual durante el embarazo, no solo forman parte de normalidad, sino que, además, están cargados de mitos y falsas crencias que deben ser desterradas. Está comprobado que la posibilidad de lastimar al feto durante el acto sexual es mínima y que las endorfinas que se liberan en el proceso y durante el orgasmo, son fuente de bienestar para la persona embarazada y para su pareja, e incluso, pueden generar una mejoría de la sintomatología asociada. De hecho, algunos estudios indican que muchas parejas manifiestan no haber recibido información por parte de los profesionales de la salud en relación con una sexualidad satisfactoria (Rodríguez-Rubio, Coll-Navarro, y Giménez-Gomez, 2017).

Finalmente, y lo más importante, es fundamental tener presente que las mujeres embarazadas siguen siendo personas sintientes, pensantes y deseantes, que merecen y necesitan de una actividad sexual saludable, lejos de mitos y tabúes. Además, recordemos que las relaciones sexuales satisfactorias, no necesariamente están ligadas a la penetración.

Referencias:

  • Carta, M., y González, M. (2016). Funcion y patrón sexual: características y evolución durante el embarazo. Rev Obstet Ginecol Venez, 76 (3). Recuperado de: ve.scielo.org
  • Panea, I. et al. (2019). Comportamiento y actitud frente a la sexualidad de laa mujer embarazada durante el último trimestre. Estudio fenomenológico. Atención Primaria, 51 (3), 127-134. doi.org
  • Piñero Navero S, Alarcos Merinio G, Arenas Orta MT, Jiménez Iglesas V, Ortega
    Ballesteros EM, Ramiro Figueroa MJ. (2011). Características y modificaciones de la sexualidad durante el embarazo. NURE Inv. 8(50), 1-16. Disponible en: fuden.es
  • Rodríguez-Rubio, M., Coll-Navarro, E., y Giménez-Gomez, N. (2017). Evolución y cambios de la sexualidad durante la gestación: visión de la mujer embarazada. Matronas Profesión, 18 (3), 88-95. Recuperado de: researchgate.net
Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.

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Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.