Síntomas de la distimia, curso, diagnóstico y prevalencia

La distimia es un trastorno del estado de ánimo que presenta una sintomatología similar a la depresión mayor, con menor severidad, pero más crónica.

Los trastornos del estado de ánimo han sido ampliamente estudiados y diferenciados; es posible que esto se deba a su prevalencia mundial y, sobre todo, a cómo afectan la funcionalidad y la calidad de vida de las personas que los padecen. Dentro de estos trastornos se encuentra la distimia, una condición que incluye síntomas depresivos, con una duración persistente a lo largo de varios años.

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Síntomas característicos de la distimia

De acuerdo con el DSM-5, la distimia –también llamada trastorno depresivo persistente– comprende síntomas que abarcan desde el trastorno depresivo mayor, hasta el trastorno distímico del DSM IV. Para su diagnóstico se deben tener en cuenta los siguientes criterios (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014):

  • Presencia de un estado anímico deprimido durante la mayor parte del día, la mayoría de los días, durante un mínimo de 2 años. En niños y adolescentes la duración debe ser mínimo de 1 año.
  • Para el diagnóstico de distimia, el paciente debe presentar dos o más de los siguientes síntomas: alteraciones en el patrón de alimentación, alteraciones en el sueño, fatiga o baja energía, baja autoestima, falta de concentración o dificultad en la toma de decisiones, o sentimientos de desesperanza.
  • El paciente con distimia no ha estado más de dos meses con remisión total de los síntomas.
  • Nunca se ha presentado un episodio maniaco o hipomaniaco.
  • La sintomatología no se explica mejor por un trastorno psiquiátrico o físico, ni por consumo de sustancias.
  • Los síntomas causan malestar en significativo o deterioro en alguna de las áreas importantes del funcionamiento.

Prevalencia

Dado que, en la nueva clasificación del trastorno depresivo persistente o distimia, se agrupa sintomatología del trastorno distímico y el trastorno de depresión mayor crónico –presentes en el DSM IV– su prevalencia varía de la siguiente forma (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014):

En 12 meses en Estados Unidos se presenta un trastorno depresivo persistente en el 0,5% de la población, y en un 1,5% en forma de trastorno depresivo mayor crónico.
De acuerdo con la ONU (2017), más del 4% de la población mundial presenta síntomas de depresión, incluida la distimia; además, se calcula que entre el 2005 y el 2015, la prevalencia de la depresión aumento en un 18%.

Curso de los síntomas de la distimia

Algunos autores sugieren que los síntomas de la distimia pueden estar presentes desde la infancia y se agudizan en la adolescencia y adultez, hasta adquirir un estado crónico. Si bien es cierto que se presentan tasas altas de remisión total, la probabilidad de recaída también es alta (Rodríguez-Alejo, et al., 2018).

Algunos de los síntomas presentes en la distimia, también se evidencian en el trastorno límite de la personalidad, y en ocasiones se presentan de forma comórbida; esto indicaría mecanismos en común para ambos trastornos (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014).

Adicionalmente, en pacientes con distimia, ante mayores niveles de afectividad negativa y peor funcionamiento global, el pronóstico es más negativo. Por el contrario, si no hay comorbilidad con otros trastornos, el pronóstico es positivo (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014).

Factores de riesgo

Adicionalmente, dentro de los factores de riesgo para el desarrollo de la distimia, se encuentran antecedentes de familiares con historial de trastornos depresivos o con trastornos de personalidad, crecer en un ambiente disfuncional, y no tener acceso a los servicios de salud mental cuando comienzan los síntomas (Rodríguez-Alejo, et al., 2018).

Tratamiento

Dentro de los tratamientos con sustento científico para la atención de trastornos depresivos, incluida la distimia, se recomiendan principalmente aquellos de base cognitivo conductual. Específicamente, los que han mostrado mayor validez empírica son:

  • Activación conductual
  • Terapia de aceptación y compromiso
  • Entrenamiento en resolución de problemas

Por su parte, el paradigma de terapia cognitiva, desarrollado por Beck, se enfoca principalmente como una intervención para la depresión. Se caracteriza por ser un proceso breve, estructurado, orientado en la situación actual y en transformar los pensamientos y comportamientos disfuncionales. Teniendo en cuenta lo anterior, dentro de los protocolos específicos para el tratamiento de la distimia y sus síntomas, se recomienda un abordaje cognitivo conductual que incluya (Berrío, 2019):

  • Psicoeducación
  • Reestructuración cognitiva
  • Dialogo socrático
  • Entrenamiento en solución de problemas
  • Activación conductual

Finalmente, la evidencia científica nos indica que el tratamiento es más exitoso, cuando se combinan la terapia cognitivo-conductual con intervención farmacológica. Es importante resaltar, que cuando se realiza una intervención únicamente farmacológica, los síntomas de la distimia remiten temporalmente, pero al no tener estrategias de afrontamiento y regulación emocional, pueden aparecer nuevamente, una vez finalizado el medicamento (Berrío, 2019).

Tratamientos de última generación y tecnología

Además de lo mencionado previamente, ajustes realizados a la intervención tradicional y el desarrollo de nuevas metodologías, han tenido buenos resultados. Por ejemplo, se han encontrado resultados favorables para la intervención a distancia, la autoayuda-guiada, y la terapia cognitivo-conductual con contacto mínimo; estos han arrojado resultados similares a la terapia cognitivo-conductual presencial (Berrío, 2019).

Por su parte, Wahle, Bollhalder, Kowatsch y Fleisch (2017; citado por Berrío, 2019), evaluaron la eficacia de intervenciones apoyadas en la tecnología. Los resultados mostraron una reducción significativa en síntomas depresivos. Dentro de los componentes de estas intervenciones se encuentran: una intervención personalizada, uso de mensajes de texto, material descargable, recordatorios, contenido en audio y video, entre otros.

En conclusión, la distimia es un trastorno depresivo que se caracteriza por síntomas que perduran en el tiempo durante años, y que afectan significativamente una o varias áreas del individuo. Uno de los factores de riesgo que hace que se vuelva un trastorno crónico, parece ser la dificultad para acceder a servicios en salud mental, ocasionados por problemas en el sistema o por la evitación que caracteriza este tipo de trastornos. Es importante que cada vez se hable más de prevención en salud mental, de modo que se minimice el impacto de estos trastornos crónicos, y se prevenga el desarrollo de otros. Nadie tiene por qué ser estar deprimido todos los días de su vida; hay opciones, pide ayuda.

Referencias:

  • Asociación Americana de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5). Arlington: Asociación Americana de Psiquiatría.
  • Berrío, N. (2019). Terapia cognitiva con entrega virtual en el trastorno depresivo persistente: estudio de caso. Revista clínica contemporánea, 10 (21). Recuperado de: www.revistaclinicacontemporanea.org
  • Organización de Naciones Unidas (2017). La depresión es una de las principales causas de discapacidad, alerta la OMS. Recuperado de: news.un.org
  • Rodríguez-Alejo, D. I., Cisneros-Ramos, M., y Robles-Cedeño, L. A. (2018). Psicoterapia integrativa en un caso de trastorno depresivo persistente. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 21 (1), 355 – 385. Recuperado de: www.iztacala.unam.mx
Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.

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Sandra Correa
Sandra Correa
Licenciada en Psicología por la Universidad El Bosque (Colombia). Máster en Neuropsicología clínica. Experiencia de trabajo como docente, neuropsicóloga y psicóloga clínica en diversas entidades y en centro propio. Redactora especializada en Neurociencias en Mente y Ciencia.