Eugenia León Amado es trabajadora social y directora de IGGEN Consultora; asesoría y consultoría de formación especializada en igualdad de género, con sede en Conil de la Frontera (Cádiz, España). La entidad presta servicio a diversas empresas de Cádiz y administraciones públicas, ayudándoles a implementar Planes de Igualdad, entre otros.
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Eugenia, ¿En qué proyectos relacionados con la igualdad de género estás trabajando desde tu consultora?
En cuanto a Planes de Igualdad, en este momento, acabo de terminar el asesoramiento del Plan de Igualdad de una Fundación en Cádiz y estoy trabajando en el seguimiento de otro Plan de Igualdad. A esta entidad ya le prestamos asesoramiento a principios de año. Además, estamos organizando una formación online sobre lenguaje no sexista programada para este mes.
Una de las manifestaciones más explícitas de la desigualdad de género es la violencia sistemática y estructural hacia las mujeres. Este fenómeno se mantuvo, hasta hace muy poco tiempo, invisibilizado socialmente.
¿Cuáles son las causas de la violencia machista?
La construcción de la masculinidad, desde el sistema patriarcal, no favorece relaciones igualitarias. Este modelo fomenta la idea del poder de los varones sobre las mujeres a quienes se cosifican, sexualizan y se someten. Estas ideas son refrendadas a través del amor romántico, del grupo de iguales (con bromas y creencias sexistas), la pornografía (que muestra formas de relacionarse violentas y androcéntricas), los discursos de ficción (películas, series), la familia, en muchas ocasiones, y otros contextos de forma sutil.
Más allá de los asesinatos machistas ¿Qué otras formas de violencia existen hacia las mujeres?
Pues existen muchas más formas de violencia de las que pensamos. Se suele decir que los asesinatos machistas son la punta del iceberg. No obstante, la violencia física, psíquica y sexual se materializa a través de agresiones físicas, humillaciones, violaciones y muchas manifestaciones más. Fuera del ámbito de la pareja también existe violencia contra las mujeres; la violencia obstétrica, la prostitución, la ablación del clítoris, el acoso sexual y por razón de género en el trabajo, entre otras.
A pesar de los avances logrados por el feminismo, determinados sectores de la sociedad tratan de criminalizar este movimiento social. Recordemos que el feminismo es un movimiento de naturaleza pacífica que persigue alcanzar la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. ¿Cómo explicas esa criminalización del feminismo, por un lado y, por otra, esa impasibilidad ante los asesinatos machistas?
Soy de la opinión de que esa criminalización viene dada por la falta de formación e información sobre el tema. Suelo decir a la gente con la que surge el debate, que busque en el diccionario el significado de feminismo para cerciorarse de que no supone ninguna amenaza. No obstante, el feminismo cuestiona privilegios masculinos y mucha gente no está dispuesta a aceptar que es necesario un cambio social en esta línea.
En la cuestión de los asesinatos machistas, creo que ha tenido mucho peso la división de la esfera pública y privada. La idea de que la violencia machista es un asunto privado en el que no debemos inmiscuirnos, refuerza el silencio ante estas situaciones. La banalización por parte de la sociedad de estos crímenes puede hacernos pensar que hemos normalizado estos delitos o incluso que la vida de las mujeres tiene un valor inferior.
La constante culpabilización hacia ellas también es algo muy arraigado. Nos centramos en la víctima y buscamos razones por la cuales, exculpar al asesino, único responsable de un feminicidio.
Hablemos sobre lenguaje inclusivo, ¿Hay vida más allá del desdoblamiento?
Por supuesto, hay muchas fórmulas que podemos usar para no recargar el lenguaje y que no invisibiliza a la mitad de la especie humana, las mujeres. Algunos ejemplos pueden ser personas, alumnado, ciudadanía, plantilla. Existen muchas expresiones más que podemos emplear y una guías estupendas que nos lo explican.
¿Por qué la Real Academia de la lengua Española suele mostrar resistencia a reconocer términos inclusivos pero ha registrado “culamen” o “amigovio” ?
Es posible que la falta de perspectiva de género lleve a la RAE a tomar determinadas decisiones. El no conocer los mecanismos de opresión que existen sobre las mujeres, promueve una visión discriminatoria de una entidad que, recordemos, cuenta con una cúpula mayoritariamente masculina.
Es curioso que la normativa y las políticas de género insten a introducir esa visión no discriminatoria en todas las disciplinas, pero la realidad es que hay mucha reticencia. La visión de género se trata en muchas ocasiones como una mera opinión, cuando es una cuestión de derechos humanos.
¿Aprecias avances en las políticas públicas contra la violencia de género y para la igualdad de género? ¿Qué destacarías?
Si. La normativa ha ocasionado que desde lo público se luche por la igualdad y contra la violencia de género. Del mismo modo, no ha sido menos importante el activismo y la presencia en el ámbito académico.
Destacaría el Pacto de Estado contra la Violencia de Género que ha llevado a muchos Ayuntamientos acciones de todo tipo para sensibilizar a la población. Y también, la formación que ofrecen muchas Administraciones de ámbito local, provincial, autonómico y estatal.
Hay profesionales de la intervención social que muestran una postura crítica sobre la intervención social tradicional. La vinculan más con un ‘parche’, o un recurso de auxilio, que con un instrumento que verdaderamente permita la transformación social. ¿Estás de acuerdo con esa visión?
En parte. Hay muchos recursos que aunque pueden considerarse como un “parche” son necesarios para no abandonar a su suerte a la persona afectada y contribuir a la integración social. Pero, de forma complementaria, es imprescindible una socialización que implique formas de relacionarnos que no sean tóxicas, desde edades tempranas y durante nuestra etapa adolescente y adulta.
¿Qué problemáticas o limitaciones tienes que afrontar, en tu día a día de trabajo en la Consultora, ya sean ascendentes -con otros organismos o instituciones públicas-, o descendientes, con las propias personas usuarias?
Me enfrento al tráfico de influencias, al desconocimiento sobre la consultoría de género, a la reticencia a ideas más igualitarias
A nivel personal, ¿Te decantas por la intervención social con la persona usuaria, o prefieres situarte entre bambalinas, diseñando y articulando proyectos y Planes de Igualdad desde tu consultora en Cádiz?
Creo que tanto la atención directa como el trabajo de oficina tiene su encanto. Considero que las dos modalidades te aportan bastante y son complementarias. Me encanta el trato con las personas usuarias, del cual se aprende mucho. Pero el diseño de proyectos y Planes de Igualdad es un trabajo muy satisfactorio, que me permite intervenir con las entidades de mi entorno en Cádiz. Así que me quedo con las dos.
¿Hay algún otro aspecto que consideres de interés y que te gustaría mencionar respecto a tu trabajo en IGGEN como interventora social?
El emprendimiento desde lo social es un terreno muy desconocido que nos permite un asesoramiento especializado por parte de las entidades que contribuya a que nuestro camino sea más fácil. Procuro estar en contacto con compañeras y compañeros con quienes poder disfrutar de un ambiente de apoyo y empatía.
Otra premisa que señalaría es que haciendo Planes de Igualdad y protocolos en Cádiz, me centro en el ámbito de la empresa y a muchas personas les cuesta vincular el ámbito social y el empresarial, especialmente en la industria de Cádiz, tan ligada al turismo. Considero que quienes nos dedicamos a lo social debemos estar presentes en todos los contextos donde existan personas, ya sea desde la iniciativa privada o la pública.
